El megayate 'Limitless' en Palma. | JUAN POYATOS

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Uno de los megayates más vinculados antaño a Palma, el Limitless, ha vuelto a la Isla. Procedente directamente del Caribe, tras cruzar el Atlántico y recalar en Gibraltar, la joya náutica de Les Wexner, CEO de Brands Corp. –propietaria de Victoria’s Secret–, se encuentra en Astilleros de Mallorca, donde coincide con otros grandes yates, como el Infinity.

Fue en 1997 cuando este estilizado yate de 96 metros de eslora empezó a surcar las aguas, entonces como el mayor de bandera estadounidense. Construido en Alemania por Lurssen y diseñado por Jon Bannemberg, su casco de acero color azul marino, con superestructura de aluminio en blanco, destacaba entonces ante la mayoría de embarcaciones privadas, en el Club de Mar.

Eclipsado ahora en volumen por los megayates del siglo XXI, conserva no obstante la irrepetible elegancia de línea de un clásico contemporáneo, una virtud de la que carecen buena parte de proyectos actuales de extrañas formas de vanguardia. No en vano, su propietario destaca por su colección de obras de arte. Y por la belleza de las modelos de su firma de ropa interior.

Con capacidad para 12 invitados y 20 tripulantes, el Limitless posee además una particularidad de la que carecen la mayoría de megayates de ahora y es su velocidad, impulsada por una planta diésel eléctrica, que fue pionera en su día. Así, si bien su velocidad de crucero es de 17 nudos, puede alcanzar los 25 de máxima. Otra novedad en los años 90 fue su sistema de gobierno mediante un sistema de joystick, en lugar de la convencional rueda de timón. Otro aspecto desconocido desde entonces han sido sus interiores, decorados a cargo de firmas como François Catroux y Tim Heywood, que por razones de privacidad se han mantenido en secreto. Aunque sus clásicas cubiertas en madera de teca sí que están a la vista, al igual que el equilibrio estético que describe su silueta de proa a popa.