Envases de galletas de Australia, botes de champú procedentes de Estados Unidos o latas consumidas en Europa son algunos de los desechos que se pueden encontrar a miles de kilómetros de distancia en los barrios de Filipinas o la India, fruto de la imposibilidad de reciclar ciertos plásticos, a pesar de que su etiquetado dice lo contrario.
Es la denuncia que efectúa la directora estadounidense, Deia Schlosberg, a través de su documental 'The Story of Plastic', que refleja cómo una gran cantidad de plásticos aparentemente 'reciclables' no cumplen con este requisito y se envían desde Occidente a países del sudeste asiático para que estos «lidien con el problema».
Alerta Scholsberg que tanto la quema de estos materiales, que resulta en la emisión de gases contaminantes, como su abandono en barrios marginales o en torno a los cauces de los ríos, genera graves daños sobre el medioambiente y la salud de la población local. «No es ningún secreto que la industria se aprovecha de las comunidades sin recursos», asegura.
Su cinta forma parte de la sección Impacto del Another Way Film Festival, que se celebra del 21 al 28 de octubre, y se podrá ver en la Cineteca de Madrid o a través de Internet este domingo.
La directora opina que «la mayoría de la gente desconoce que gran parte del plástico se manda por mar a otros países», una práctica que, sin embargo, advierte que está en retroceso porque varios de esos Estados «están ahora cerrando sus puertas». «Ha supuesto una llamada de atención para que mucha gente en Occidente vea que no hay una solución para muchos plásticos», sostiene.
Pero gracias a que el problema se está volviendo en contra de los países productores, con mayores recursos económicos, Scholsberg confía en que se encontrará una solución. De momento, la Unión Europea (UE) ya ha adoptado varias medidas para atajar el consumo de plásticos, como la reciente directiva para prohibir la venta de aquellos de usar y tirar, como pajitas, bastoncillos o cubiertos de plástico.
En el texto, la UE detalló que «los diez artículos de plástico de un solo uso que se encuentran con mayor frecuencia en las playas europeas» representan el 70 % de toda la basura marina de los Estados miembros.
De ahí que la directora considere esenciales estas líneas de actuación, que permiten ver lo «sencillo» que es encontrar otras alternativas a este tipo de plásticos.
Por el contrario, advierte de que encontrar remplazos a otros tipos de plásticos «más necesarios», como los que se emplean en el sector de la medicina, «resulta más complicado».
Asimismo, el documental crítica profundamente a las grandes compañías petrolíferas por las discrepancias que existen entre sus mensajes de solidaridad con el medioambiente y sus actividades extractivas que contaminan el planeta.
«Es básicamente marketing», explica Scholsberg, quien defiende que para combatir esta estrategia de 'greenwashing' (lavado verde, en español), hace falta llamarlo por su nombre y sacarlo a la luz con películas como la suya, o movimientos activistas como 'breakfreefromplastic' (abandona el plástico).
Prestando atención a cada eslabón que interviene en el ciclo de vida del plástico, desde estas empresas encargadas de extraer el petróleo, hasta aquellas a cargo de producirlo, distribuirlo, y finalmente mandarlo a otros países lejanos, es cómo la directora sentencia que se podrá encontrar una solución a esta historia del plástico que ha pretendido desvelar en 90 minutos.
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