El domingo, en una breve crónica, contamos parte de lo que había sucedido en el primer baño del año. De entre las bañistas nos llamó la atención María Matas Bosch, que según dijo andaba ya más cerca de los 80 años que de los 75, pero que, sin embargo, le gustaba seguir muy activa, «pues trabajo en un huerto ecológico que nos cede el Ajuntament. Hay días que hago gimnasia en el polideportivo Joan Seguí, y alguna mañana me vengo por aquí y me doy un baño, ya que el agua del mar me viene muy bien. Gracias a ella, jamás me he constipado. Por eso animo a la gente a que se bañe. Se sentirá otra persona».
Naturalmente, lo del ejercicio le viene desde jovencita. «Me crié en una finca. Cuando se nos escapaban las cabras, las iba a buscar al monte, y más de una vez he cargado en la espalda un saco de cien kilos de harina». Más tarde fue taxista. «Sí, yo era el 1089, de Palma. Durante 30 años me pasé muchas horas al volante… Una vez, uno que subió al taxi, sacando un cuchillo, me quiso robar. A mi manera, le planté cara. Le dije que acababa de empezar el turno y no tenía dinero encima… Toma y vete, le dije dándole 10 euros. Y se fue». María, volviendo a los baños, recomienda que «antes de meterse en el agua, sobre todo en invierno, es conveniente hacer un poco de ejercicio».
Paco Vico es, también, de los que no les cuesta meterse en el agua, por fría que esté. Aparte de que fue submarinista y playero, se baña prácticamente todos los días del año. «Yo recomiendo a quien quiera hacer lo mismo, que cuando termine el verano, siga bañándose, así se irá acostumbrando al cambio de temperatura del agua. También es aconsejable hacer un poco de ejercicio antes de zambullirse».
Agua y arena
Al igual que María, Paco recomienda el baño por el bien que hace el agua salada al cuerpo. «Por una parte, favorece la circulación de la sangre, y en invierno, más, ya que el frío hace que la sangre bombee. Yo, que recuerde, jamás me he resfriado. Y en cuanto a la arena, y lo digo por la experiencia que tuve como playero en la Platja des Capellans, pisarla es muy bueno. Favorece mucho a tu organismo, y endurece las piernas». Christelle es de Diesse, ciudad de la Suiza francesa. Nos dice que se iba al aeropuerto para tomar el avión que le lleve a casa. «He estado unos días en Mallorca, y cada día me he bañado en el mar. Incluso hoy, que me voy, me he levantado un poco antes para, camino del aeropuerto, pararme aquí y darme un baño. Y es que, ¿sabe?, me suelo bañar casi todos los días del año, ya que el agua te da vitalidad, refuerza tus sistemas inmunológico y nervioso, lo cual te hace fuerte frente a la COVID-19».
Roman Hillmann, fotógrafo, locutor de radio y corresponsal del diario alemán El Aviso, y a quien vemos junto a su mujer, la cantante Nermin Goenec, en todos los saraos y actos culturales que tengan lugar en la Isla, o sino, en Radio Sputnik, debatiendo en su programa ¡Exprésate Kreativradio!, llega a la playa con Nermin, que no se va a bañar, mientras él, tras despojarse de la ropa, sí que lo hace, nos comenta al regreso que el agua del mar es siempre muy beneficiosa para la salud, por lo que anima a bañarse en ella, sea cual fuere la época del año. «Hoy, igual que el año pasado... ¡Es que ni me lo he pensado! Y ahora noto mi cuerpo lleno de energía, por lo que animo a que la gente se bañe en el mar». Pues habrá que hacerles caso, ¿no? Y en invierno, para mitigar el frío, tras un poco de ejercicio... ¡Al agua...!
¡Todos al agua!
Os conté que el empresario mallorquín Lolo Garner se encontraba en República Dominicana, terminando y entregando unos encargos que le habían hecho –él trabaja mucho para hostelería– y ocupa el tiempo libre en practicar la pesca de altura, y entre ella, pesca del calamar gigante, habiéndose cobrado ya algunas piezas de tamaño considerable. Pues cuando nos envió la foto en la que aparecía con el calamar que acababa de pescar, le preguntamos si conocía a Toni Rodríguez ‘El Simio', afincado en una de las mejores zonas de la capital. «Pues no, no tengo el gusto de conocerle –nos dijo–. Y es que, ¿sabes? Él vive en la capital, Santo Domingo, mientras que yo me muevo más por la zona de Samaná. Pero sí, me encantaría…».
A Lolo le pasamos el teléfono de Toni, a la vez que a este le advertimos, primero, quién era y, segundo, que le iba a llamar. Una semana después, recibimos, vía Whatsapp, la foto del encuentro, en la que aparecen los dos sonrientes sentados ante sendas copas de vino y un vídeo en el que se les ve cocinando una langosta. ¿Qué significa eso…? Pues que ya son amigos para siempre... Y es que hoy, con Internet, y sobre todo con Whatsapp de por medio, no hay fronteras que valgan.
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