Todo comenzó cuando Carles no podía realizar un trabajo y Núria Abad y Marta Hierro, de MOM Works, le comentaron que se lo encargarían a su otro colaborador, Luis Ozonas, a lo que Carles preguntó ‘¿Ozonas. No tendrá familia en Puerto Rico. Te suena La Balear?', eso llevó a que los dos colaboradores descubrieran que eran familiares lejanos. El árbol genealógico de esta historia comienza con los hermanos Joan y Antoni Castañer, quienes se convirtieron en propietarios de una de las haciendas más grandes de Puerto Rico en el siglo XIX.
Comenzaron a indagar sobre el pasado con el archivero de Sóller, Toni Quetglas, que tiene una gran base de datos, que fue más tarde contrastada con la de Puerto Rico. La idea de realizar un documental sobre esta historia llevó a buscar patrocinadores, «rápidamente encontramos respuestas, por lo que el documental es coproducido con IB3, con el apoyo del Institut d'Indústries Culturals y el Consell de Mallorca», comenta Núria Abad. El pasado mes de junio el equipo viajó hasta la hacienda La Balear, donde les esperaba Felipe Ozonas, primo de Luis, quien les facilitaría toda la información y allí conocerían a otros familiares.
Durante su estancia, diez días, recogieron muchos datos y también comprobaron que «hacen un café extraordinario». «Tienen un archivo espectacular. Juan Castañer era un hombre muy metódico y apuntaba todo. Gracias a ello hemos conocido cómo fueron levantando y ampliando La Balear», señalan Carles y Luis. Entre los muchos documentos que existen en Puerto Rico, Carles se trajo «una carta que me dio Felipe Ozonas, que guardo con gran cariño».
Pese a la gran fortuna que amasaron los hermanos Castañer, Carles y Luis no comparten algunos aspectos sobre la manera en que la hicieron. «Siempre hemos tenido una visión romántica de la familia, pero sí que hemos descubierto una parte de la explotación y la economía circular que aplicaban». Por otro lado, aseguran que «Juan Castañer tuvo una visión innovadora y capitalista. Abrió una tienda de ultramarinos y enseres a la que iban sus trabajadores a comprar. ç
Hemos descubierto que era una microeconomía capitalista con el componente colonial», aseguran. La Balear tuvo más de 2.000 empleados. «Hoy en día, con muchos menos trabajadores, obtienen la misma producción. Sin duda, la herencia que han dejado es la aportación empresarial, el sistema de producción y la introducción de los avances tecnológicos en los que ellos invirtieron». Luis Ozonas recuerda cómo su padre, fallecido el pasado mes de noviembre, mantenía recuerdos del pasado y le contaba aspectos de aquella historia. Pese a que pertenecen a distintas generaciones, Carles y Luis son conscientes de que tienen un cierto parecido físico. Cosas de genes, lo que, después de descubrir sus antepasados, «tiene su lógica», bromean.
Carles se ha traído, como recuerdo de Puerto Rico, «un libro en el que salen todos los baleares que estuvieron allí». También se trajeron algo de café para poder disfrutar con sus familiares, que esta tarde tendrán una sesión en primicia para conocer la verdadera historia de sus antepasados. «Secretos de familia que se han abierto», comentan. Pese a superar la guerra de 1898, tras la que mantuvieron sus propiedades, el drama económico llegó a La Balear con el huracán de 1928, que arruinó la hacienda. En la actualidad, el primo de Luis Ozonas, Felipe Ozonas, mantiene algunas tierras cafeteras que siguen produciendo café para grandes marcas.
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