Hace un año, más o menos por estas fechas, Cristian Gómez, como drag Chris Mental, sacó al mercado de las plataformas digitales un single, Dream Drag (Gritando libertad) «que es un canto a la libertad –nos decía por entonces–, además de un apoyo al colectivo LGTBI, y en especial a los drag…». ¿Y cómo ha funcionado…?, le preguntamos ahora. «Pues si te soy sincero –dice– fatal. Y no porque el tema no sea bueno, que lo es, sino porque yo, todavía, no tengo un nombre, ni tampoco hago nada espectacular, ni salgo de Mallorca a actuar. Porque para pegar el pelotazo, has de vivir en Madrid o Barcelona, que es donde están los ambientes, por lo que las posibilidades son mayores. Por eso, y volviendo a Dream Drag, que es muy bonito y que suena muy bien, no ha generado ningún dinero. Todo lo contrario, me ha supuesto más gastos que ingresos. Sí, he hecho algunos bolos en la Península y dos en Palma, pero eso es muy poco. Por otra parte, si quieres progresar has de funcionar muy bien en redes sociales. Yo solo estoy en Facebook e Instagram, en esta con 4.025 seguidores, que para la Isla no está mal, pero es muy poco fuera de Mallorca. Vamos, que si uno quiere dar el golpe, y destacar, ha de irse a Madrid o a Barcelona».
Según nos cuenta, en Mallorca habrá de 15 a 20 drag queens. «Pocas, desde luego… ¿Que cuáles son las mejores para mi…? Puede que Sarah y Lolita Khaos, que es muy divertida, y de entre las más jóvenes, Amatista, Valery Pose, Jess Drag y Florence la Bella, quien por cierto se va a trabajar a Madrid». Durante la conversación que mantenemos le comentamos que hemos estado viendo a la mallorquina Samantha Hudson en la recta final del programa Sálvame, donde ha dejado patente su gran calidad y su enorme poder de comunicación, sobre todo a la hora de defender la causa LGTBI. Ha gustado tanto, que la presentadora del programa le ha propuesto formar parte del equipo de colaboradores. Ella no ha dicho ni que sí, ni que no, aunque ha dado paso al siguiente programa, Ya son las ocho.
«Samantha se lo ha sabido montar muy bien…. En realidad, ya se lo montó muy bien estando en Palma, por eso se marchó a Madrid, y ahí es donde le están saliendo cosas. Por lo pronto estuvo en el último Masterchef, ahora puede que vaya a Sálvame, y no me extrañaría que fuera una de las que viaje a Honduras para participar en Supervivientes. Y es que tiene mucho carisma, habla muy bien, sabe lo que dice, y lo que dice tiene mucha verdad, por lo cual llega hasta donde se lo propone. Y sobre todo es una gran defensora de la causa LGTBI. Pienso que si se hubiera quedado en Palma, muchas de las cosas que ha conseguido estando en Madrid, no las hubiera logrado». Entonces –le preguntamos–, viendo lo poco que se consigue quedándose en Palma y lo mucho que se puede lograr yéndose a Madrid, ¿por qué no te vas, y lo pruebas…? «Lo he pensado, pero siempre me tiran hacia atrás los miedos. Vamos a ver qué pasa en 2022. Vamos a ver si me decido… O, si no, me pongo a trabajar en unos proyectos que creo que son buenos».
Ni que decir tiene que la COVID-19 ha afectado al mundillo drag queen, «porque, aparte de tener en Palma pocos locales, el confinamiento de principio de la pandemia y las medidas restrictivas que han sido dictadas, sobre todo en restauración y ocio nocturno, no nos han permitido trabajar mucho cara al público. Yo, particularmente, cuando nos quedamos en casa, trabajé las redes sociales, y algunos días, también en casa, me transformaba en drag, maquillándome y todo. Como si fuera a salir al escenario».
Su debut como ‘drag'
Y hablando de transformarse, le preguntamos si se hace él la ropa. «Estoy en ello, porque si la hago yo, me sale más económica que si la mando a hacer a la modista, incluso más barata que en Internet… Sí, me costaría menos de lo que vale cuando te la hacen por encargo, pues un look total suele costar unos 600 euros, zapatos aparte, en cambio, si tú te la haces, te puede salir por unos 300 euros. Y en lo que a mi respecta, en cuanto a vestuario –reconoce– voy más que surtida, «pues tengo un trastero, un canapé y un armario empotrado repletos de ropa». Chris Mental, de 33 años de edad, debutó como drag en 2007, en Black Cat, para él, la cuna del drag. En cuanto a su estado civil, «tuve pareja durante un año, desde entonces estoy soltero, pero con dos chihuahuas, que me hacen muy feliz».
Mi madre ya lo sabía
Siendo niño, en ningún momento sufrió bullying. «Los otros niños, a veces, me llamaban ‘mariquita', pero nada más. Y puede que me hicieran algo de vacío al no contar en según qué momentos conmigo, pero yo en ello no veía cosa mala». Y en cuanto a lo de salir del armario, «se produjo cuando tenía 15 años... Se lo dije primero a mi madrina, y luego a mi madre, que me dijo que ya lo sabía. Y es que estas cosas, cuanto antes se hagan saber, mejor, de lo contrario te pasas la vida engañando a los demás en algo que todo el mundo ve». Chris, cuando no es drag trabaja en la Vergueria, de Sindicato. Confiesa que está vacunado, pero no entiende «que si ya lo estamos, por qué nos hemos de tomar ahora una pastilla. Pienso que la gestión del Gobierno, en cuanto a la COVID-19, no ha sido muy buena. Como tampoco ha sido justo que echen la culpa de su propagación a la restauración y al ocio nocturno».
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