Sant Antoni entró en el patio del colegio de Son Ferriol junto a los ‘dimonis’. | Julián Aguirre

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La festividad de Sant Antoni, patrón de los animales, se celebró ayer en muchos colegios de Mallorca de una manera diferente. La pandemia ha alterado la programación y actividades, pero no ha evitado que los más pequeños la pudieran celebrar en sus aulas o en el patio, con sus grupos burbuja. Los dimonis y Sant Antoni, representados por miembros de la comisión de fiestas de Son Ferriol, visitaron durante este martes las escoletes de la barriada y los dos colegios (CP Son Ferriol y Sant Antoni Abat).     

Los escolares del colegio público de Son Ferriol acudieron a clase vestidos con prendas negras y rojas, y máscaras de dimoni que habían realizado en clase. A media mañana, aparecieron los dimonis Susto, Barrut, Tort, Vell Roig, Llendarer, Gota y Llengo. Siete dimonis conocidos y muy queridos en esa barriada palmesana que danzaron y bailaron en el patio, mientras los pequeños, desde la distancia y con la obligada mascarilla, observaban el espectáculo con atención. Tita García, jefa de estudios del colegio público de Son Ferriol, comentó que «este año decidimos que no hubiera interacción entre dimonis y los niños, pero han podido disfrutar del espectáculo y seguir trabajando las tradiciones para que la COVID no nos gane la batalla». Los siete dimonis hicieron de las suyas con sus travesuras al llegar al colegio de Sant Antoni Abat, donde trataron de tocar con sus escobas a los estudiantes, mientras estos intentaban hacer sonar los cencerros que portaban y estirarles de la cola. Como manda la tradición, Sant Antoni venció a los dimonis y un año más, ya van quince, salió la bestia de foc del colegio, un dragón realizado por docentes y padres de alumnos con material reciclado. Sobre la mandíbula de la bestia se colocan dos bengalas de fuego. La visita a las aulas de los más pequeños provocó más de un llanto, pero los dimonis mostraron sus verdaderos rostros para explicar a los niños y niñas que no era más que una indumentaria. Finalmente todos cantaron gloses y se despidieron hasta el próximo año, cuando los más pequeños del centro les esperarán de nuevo, pero esta vez sin llorar.

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La colla de dimonis de Son Ferriol en el colegio Sant Antoni Abat.

En el colegio Santa Magdalena Sofía, de Palma, también hubo un gran revuelo provocado por una colla de dimonis que apareció alterando el día a día en las aulas, a la que los escolares acogieron con gran entusiasmo. Durante la pasada semana, los alumnos trabajaron con manualidades y clases de gloses en este centro y ayer todos los escolares acudieron a clase con prendas rojas, negras y sus respectivas máscaras de dimoni. Y, como manda la tradición, también en los colegios, estos días, a falta de torrades por la pandemia, los bocadillos son de sobrassada o botifarrons.

Punto de vista

Sant Antoni con medidas de seguridad sanitaria

Todos los centros escolares mantienen, desde el inicio del curso, unas estrictas medidas de seguridad sanitaria, incrementadas estos días para poder celebrar algunas actividades. En todo momento se recuerda el buen uso de la mascarilla y la distancia entre compañeros que no son del mismo grupo burbuja. En las zonas exteriores se mantienen parcelas trazadas con cuerdas y se alternan los horarios de recreo. Así, ayer, los dimonis fueron pasando por las distintas aulas, y cuando acudieron al patio, lo hicieron respetando la delimitación de zonas para mantener la distancia con los alumnos.