Mallorca es su lugar favorito, a la que les unen muchos vínculos. Gádor Muntaner (Barcelona 1991) y Rafael Fernández (Madrid 1994) son pareja y apasionados del mundo marino. Rafa, a sus 23 años, es el actual campeón del mundo de fotografía submarina. Ingeniero de la Energía y en Organización Industrial, e instructor nacional 2 estrellas FEDAS (actividades subacuáticas), ha estado toda su vida ligado al mar. Gádor, aunque nació en Barcelona, se considera mallorquina pues gran parte de su familia es de la Isla y desde niña veranea cada año en Palma. Estudió Farmacia para continuar con el negocio familiar, pero al finalizar se matriculó en Ciencias del Mar, en Canarias. Es oceanógrafa, experta en tiburones y se dedica a la conservación marina.
Ambos viajan por todo el mundo, trabajando y disfrutando de su pasión por el mar y la fotografía. Las imágenes de Rafa Fernández captan, con todo detalle, la belleza extrema del fondo marino, y Gádor divulga su labor en documentales y redes sociales. Como cada año, la pareja viaja a la Isla por Año Nuevo, en Semana Santa y en verano, donde pasan sus vacaciones. En esta ocasión, «además de visitar a los amigos y familiares, hemos dedicado nuestra visita de comienzo del año al buceo y a recorrer algunas rutas de senderismo por la Serra de Tramuntana», comenta Gádor, quien ha sido instructora de buceo en Mallorca. «En la Isla hice, hace años, mi curso de Drivemaster y trabajé con el equipazo de MarBalear, a donde vuelvo varias veces cada año».
Para Rafa, el mar de Mallorca es el lugar donde ha crecido y donde despertó su pasión por el mundo marino. «Esta relación ha cobrado mayor importancia al ser el lugar de ensueño de mi pareja, Gádor Muntaner, y más cuando se comparte la misma pasión». A la hora de fotografiar el fondo marino, Rafa se encuentra con «la enorme decadencia que están sufriendo nuestros mares en estas últimas décadas por la sobrepesca, la contaminación y un largo etcétera. En las aguas de Mallorca, a excepción de las zonas protegidas, la vida marina por desgracia escasea». Por el contrario, ambos coinciden en que el fondo marino de Mallorca destaca por la visibilidad, «es simplemente de otro planeta. Hay momentos y lugares donde te sumerges en verano y parece que no tienes agua. Esto es muy difícil de encontrar en la costa continental mediterránea», comenta Rafa Fernández.
Por su parte, Gádor destaca «las extensas praderas de posidonia oceánica y los miles de animalitos pequeños que viven en ella, los bancos de espetones y otras especies de peces, los meros grandes que se ven en reservas como la del Toro, y muchas otras especies. Me habría gustado bucear en Mallorca cuando la foca monje habitaba en las cuevas y los tiburones blancos se movían por estas aguas». La pareja cuida mucho su alimentación. «No suelo comer pescado. No estoy en contra de hacerlo, lo que pasa es que hoy en día es muy difícil saber de dónde sale cada cosa que comemos, y es altamente probable que el pescado que llegue al plato haya sido extraído de forma no sostenible y produciendo mucho impacto en el mar», asegura Gádor. Lo que siempre lleva en su maleta de viaje, cuando finaliza su estancia en Mallorca, son las galetes d'oli de Artá. «Soy adicta a ellas. Antes la sobrasada me encantaba pero ya llevo unos años sin comer carne».
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