Xisca Font muestra uno de los vestidos que lucirá una novia en mayo, tras aplazar su boda el año pasado. | Julián Aguirre
El sector nupcial mira con optimismo la nueva temporada que muestra un notable signo de recuperación, con mayores reservas respecto al pasado año y tras el inesperado parón en 2020, cuando se anularon y aplazaron muchas bodas. Enlaces que cada vez se preparan más a corto plazo y que han cambiado tanto en las exigencias de los contrayentes como en el perfil de quienes se dan el ‘Sí, quiero!'. Abundan las segundas nupcias y aumentan las ceremonias civiles, eso es algo que observan los profesionales que, como Saúl Martos, propietario de la empresa Turquesa Catering, comienzan a ver la luz tras dos años muy duros. «Estamos registrando reservas de nuevas bodas y algunas que se aplazaron en 2020, pero estamos aún lejos de alcanzar los números anteriores a la pandemia». Otro detalle que destaca Saúl Martos es que «las celebraciones siguen reuniendo a menos comensales, lejos de las multitudinarias bodas que se organizaban antes, pero ahora la temporada de bodas ya no es de mayo a septiembre, sino que los novios se casan en cualquier mes del año, como sucedió en noviembre y diciembre pasados. Algo impensable antes en Mallorca».
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