Según dio a conocer el blog 'Salvem la Rotonda' y ha publicado este sábado 'El País', un hombre llamado Francisco, de La Seu d'Urgell (Lleida), es el vendedor de las puertas que, en la plataforma de compraventa de objetos de segunda mano, describe como unos objetos antiguos procedentes de La Pedrera.
Mientras que la Fundación Catalunya La Pedrera, que gestiona el inmueble, cuestiona su autenticidad, uno de los mayores expertos en muebles del artista catalán, Luis Guellburt, no duda de que son auténticas, «construidas en tiempo de Gaudí, por las molduras y por cómo están realizadas».
A su juicio, "nadie se va a poner ahora a tallar una puerta que le costaría hacerla unos 5.000 euros y luego pintarlas para que parezcan viejas y luego venderlas en Wallapop por 2.500 euros, perdería dinero. De los muebles se han hecho copias, pero de las puertas nunca", explica a El País.
Las puertas, pintadas de color ocre, presentan, en general, un mal estado de conservación. Tres de ellas mantienen el marco original de yeso, decorado con formas ondulantes de inspiración vegetal y los clavos que las fijarían a la pared, lo que indica que fueron retiradas durante una reforma, según el periódico. Tres de las puertas son macizas, decoradas con cuarterones y en dos se conservan los pomos ergonómicos, como los que creó Gaudí, y en una puede verse el número 12. La cuarta puerta no es maciza, puesto que su parte superior es de cristal traslúcido, aunque «se ve que es moderno».
Para el edificio que Gaudí construyó para Roser Segimon y su segundo esposo, Pere Milà, el arquitecto quería que todas las puertas fueran de roble -como las que realizó para el piso muestra- pero Segimon se negó a que fueran tan caras y al final acabaron siendo de pino, excepto las de su piso.
En el año 1946, cuando Segimon vendió el céntrico edificio barcelonés a la inmobiliaria Provenza, se reformaron algunas de las viviendas para sacarles una mayor rentabilidad. Posteriormente, en 1986, Caixa Catalunya compró el inmueble y también reformó los pisos así que iban quedando vacíos.
Para Guellburt, las puertas ahora a la venta «estuvieron colocadas y pertenecieron a uno de los pisos de la Pedrera. Se arrancaron y podían haber acabado en un contenedor», algo que ya ocurrió con una treintena de puertas que ahora se conservan en el MNAC y que fueron recogidas de un contenedor junto a la Casa Batlló.
En 2019, la cátedra Gaudí depositó en el Museo del Diseño de la Pedrera otras cuatro puertas, dos marcos y fragmentos del parqué de la reforma del piso principal. Por todo ello, Luis Guellburt reclama que se cree una Fundación Gaudí para "proteger, cuidar, asesorar y controlar el patrimonio del arquitecto y las actuaciones que se hagan en él".
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