Hay quien ve la cuna de la sobrassada que todos conocemos en Italia, y un cierto precedente en la 'nduja de Calabria, al sur del país. Según los expertos gastronómicos la 'nduja se asemeja también de forma ostensible a la andouille francesa, una especie de salchicha arcaica. Más allá de texturas distintas provocadas por proporciones divergentes, lo que aproxima a nuestra sobrassada y estos artículos cárnicos tradicionales radica en la receta, y también en el entorno.
Hace unos años, cuando el mundo no iba tan deprisa ni la gasolina se pagaba tan cara, no resultaba muy descabellado recorrer kilómetros en familia para ir a buscar una sobrassada en particular, la que elaboraban en una carnicería concreta, o en una casa de fora vila. Daba lo mismo si el productor no se encontraba inmediatamente al lado: la importancia radicaba no tanto en la comodidad sino en el sabor y la calidad de ese bocado rojizo y meloso. Ambos vienen dados por la composición del emblemático embutido mallorquín. Nuevamente la receta es la clave.
Para hablar del origen de la sobrassada, y también de su composición, no existe persona más cualificada que Andreu Palou, presidente del Consejo Regulador de la Sobrassada de Mallorca y Catedrático de Bioquímica y Biología Molecular en la Universitat de les Illes Balears (UIB). «La sobrassada aparece en Mallorca en un momento indeterminado, quizás llegara en la época de los romanos hace dos mil años o algo después. En su producción incide de forma definitoria el ambiente mediterráneo de la Isla. Aquí por la humedad no se pueden guardar piezas enteras de carne, como los jamones en la Península. En Mallorca se tiene que conservar la carne picada y sazonada para pasar todo el invierno», explica.
«La técnica de conservación de la carne de cerdo, picada y condimentada con sal marina y especias llega a Mallorca con el imperio romano, y se extiende por el Mediterráneo, pero el primer documento escrito data de 1403, en una carta del rey Martín I de Aragón, cuando estaba incluido el Reino de Mallorca en la Corona. El monarca requiere a la corte siciliana un pedido de viandas que incluía las sobressades. El origen etimológico lo encontramos en la sopressata, que a su vez proviene del vocablo sopressa, indicador de picada».
Sin embargo, la sobrasada adquiere su grandeza gastronómica, más allá de un sistema de conservación, al incorporar el pimentón, especia desconocida hasta que fue traída de América.
«Desde principios del XVII ya son nutridas las referencias halladas en la gastronomía isleña, como componente de nuestra dieta mediterránea, impregnada de conocimientos, tradiciones y símbolos relacionados con la agricultura, la cría de animales, y la forma de conservar, transformar, cocinar, compartir y consumir los alimentos» agrega el catedrático. Es posible que esta usanza tradicional, cuando no se disponía de refrigeradores u otros métodos de conservación, fuera compartida de una cultura a otra a lo largo de toda la cuenca mediterránea, al menos en su orilla occidental, tal y como señalan las evidencias culinarias que han perdurado hasta hoy. Pensar en la sobrassada –y por ende también las 'nduja y andouille– como un proyecto alimenticio global y de subsistencia en clave mediterránea resulta de lo más inspirador.
«Su consumo moderado es totalmente integrable en una dieta mediterránea. Además, si un plato no lleva algo de sobrassada no es completamente mallorquín» bromea Palou, con respecto a los hábitos de alimentación que tradicionalmente se han mantenido en esta parte del mundo. Si nos detenemos a analizar por dentro la sobrassada de Mallorca, al menos aquella avalada por el Consell Regulador, y nos detenemos en su «valor energético y nutricional observamos que las 580 kilocalorías de 100 gramos de sobrassada se deben principalmente a una grasa en la que, interesantemente, predominan los ácidos grasos insaturados (más del 60 %) que son más saludables y representan casi el doble que los saturados, y se asocian a la buena alimentación en la crianza del cerdo. También destaca el aporte de proteínas de alto valor biológico (en torno al 13 %) y, sobre todo, los nutrientes esenciales que, al menos en la ‘sobrasada de Mallorca', están presentes en cantidades consideradas significativas por la Autoridad Europea en Seguridad Alimentaria (EFSA)».
Nos referimos a minerales que participan en el mantenimiento saludable del sistema inmunológico como el Selenio, el desarrollo cognitivo, caso del hierro, o el desarrollo óseo normal (fosforo); y a las vitaminas más importantes en el funcionamiento saludable del sistema nervioso y la función psicológica normal (B3, B6 y B12) o la defensa frente al daño oxidativo (vitaminas E y A), por destacar algunas de sus funciones en el organismo y sin entrar en la complejidad generada con el curado tradicional.
Según Palou, una llesca de pa con sobrassada es un alimento muy completo. «Ya resulta excelente con solo complementarla con los beneficios de otros alimentos que son fuente de fibra y de carbohidratos de digestión lenta, extendida sobre una rebanada de pan integral, como el mallorquín tradicional, que no lleva sal sódica añadida. O con diversas fuentes de potasio como frutas y hortalizas, incluyendo legumbres y verduras». Con todo, vigilando los contenidos energéticos, pero también todo lo demás que esconde la sobrasada de Mallorca, surcamos la imaginación culinaria y la gastronomía molecular entre una plétora de posibilidades exquisitas y saludables de origen ancestral.
12 comentarios
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ciclista cabreadoFet una llesca de sobrassada i passa un poc de gust, Antonio.
Antonio BibiloniNo quisiera ofender, pero si no te gustan estas cadenas de tv no las mires. Pero lo que no puede ser que en cualquier reportaje, ya sea de cultura, deporte, o cualquier tema que no viene a cuento salga el tema catalan, sois cansinos, y no soy el unico que a hecho este comentario. Catalan, castellano, andaluz que mas da. Te acosejaria que mirases el canal 13, asi no te molestaran sus emisiones. Igualmente un saludo amigo.
@antonio bibiloni estàs obesesionat amb es català,, cada comentari teu sempre hi fiques es català,, es curiós que tenguis un llinatge tan mallorquí com bibiloni i te poses antonio,,, sense comentaris,,,
només faltaria això que es forasters se fesin seva sa sobrassada,,,
A n'Alcalino: naltros no inventàrem es futbol però això no ha set obstacle perquè el mos féssem nostre, igual que es argentins o es brasilers
ME ´N VAIG A FER UNA LLESCA....
Antonio BibiloniQue obsesión, con el catalán cuanto rencor llevais dentro, yo me lo haria mirar, Que tiene que ver este interesante reportaje, con que menos mal que no esta escrito en catalán, vivir y dejar vivir, gente buena y mala la hay repartida por todas las regiones del mundo.
Antonio BibiloniCuidado que los catalanes se apoderarán de nuestra sobrasada como ya lo están haciendo con su pa amb tomaquet. Son una plaga, como la langosta.
Vaya chasco para los mallorquines, ahora resulta que la sobrasada es italiana, sea de donde sea esta muy rica. La culpa la tiene el rey Martin I de Aragón en el documento escrito en el año 1.403 por el pedido de vianda que hizo a Italia de que incluía la sobrasada.
Probablement la sobrassada que demanava Martí l'Humà s'assemblava més a un salsitxó que a l'actual sobrassada, per la senzilla raó que aleshores encara no es coneixia el pebre bord que arribaria d'Amèrica. Segurament la "carn i xulla" menorquina deu ser hereva d'aquelles preparacions de sobrassada originaria. Això nomes demostra l'origen foraster del nom, no de la preparació. L'embotit tal i com el coneixem (i també l'nduja, i algunes varietals de l'andouille i del xoriç, de trossos més gruixats) ha de ser del segle XVII que és quan es generalitza l'ús del pebre bord. Per saber com es va transmetre la preparació s'hauria d'acreditar com es va produir la transmissió del pebre bord com a conservant de la carn, i en segon lloc com a conservant de pasta de carn, que és el que caracteritza la sobrassada i l'nduja. Això no està estudiat prou be, però tenim alguns indicis: a l’Amèrica precolombina era un condiment, no un conservant de la carn; l’ús del pebre com conservant es troba associat a practiques experimentals culinàries de convents hispànics a la recerca de substituts de les cares espècies orientals; la Vall de la Gallinera (País Valencia) es va repoblar de mallorquins amb l’expulsió dels moriscos (1609) i ells fan la mateixa recepta que a Mallorca, cosa que no passa a la resta d’aquell territori, es pot especular que en aquella data ja existia l’actual sobrassada; Calabria, al segle XVII feia part del regne de Nàpols i, per tant, de la corona hispànica fins a 1715. El més lògic es que el progrés de la recepta anàs en direcció de Amèrica a Nàpols, que no en sentit contrari, anomalia que demanaria demostració, i el nom, ja s’ha vist, es pot usar com argument.