Nieves Herrero.

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Momentos antes de entrar en el estudio de Onda Madrid, la periodista y escritora Nieves Herrero (Madrid, 1957), confiesa que «estoy emocionada de reencontrarme con Mallorca. Incluso te diría que estoy con ansiedad y mucha alegría». Su libro El joyero de la reina, basado en la vida y la obra de la reina Victoria Eugenia de Battenberg, esposa de Alfonso XIII, se presenta este sábado en el hotel Portals Nous Gran Iberostrar. Una gran novela sobre las joyas de las reinas de España que marcaron la dramática vida de Victoria Eugenia y, un siglo después, luce doña Letizia.

¿Hay mucha diferencia entre Victoria Eugenia y doña Letizia en la manera de lucir las joyas?
–Muchas. Antes muy pocas mujeres podían tener joyas como las de la Familia Real. Para Victoria    Eugenia, además, tenían como una doble cara, eran como un talismán, porque el día de su boda consideraba que le habían hecho de escudo cuando el anarquista Mateo Morral lanzó la bomba, murió su guarda real y sin embargo ella salió intacta, con el vestido manchado de sangre. Quiso proteger siempre las joyas, incluso llegó a ser una obsesión, hasta tal punto de proteger ocho de esas joyas para que no acabaran en subastas y que estuvieran siempre en joyeros reales. A esas joyas les llamó ‘las joyas de pasar', que hoy en día luce doña Letizia. Aunque nuestra reina es más austera, mide mucho las joyas que se pone y les da trascendencia. Sólo se las pone en actos oficiales donde hay que reivindicar la monarquía española y decir de dónde venimos, cuál es nuestra historia.

En el libro dice usted que Victoria Eugenia recibía una joya cada vez que su marido le era infiel.
–Bueno, dicen que las joyas tienen ese carácter de hacerse perdonar, y en este caso el rey Alfonso XIII, cada vez que cometía una infidelidad, le regalaba dos brillantes chatones. Y bueno, su collar creció una barbaridad, hasta la cintura.

¿Escribir de la realeza da mucho juego?
–Todo lo que tiene que ver con la Familia Real interesa. Tanto si eres monárquico como republicano. Y yo siempre he tenido curiosidad en saber lo que pasaba dentro de los palacios.

¿Cuánto tiempo le ha llevado escribir El joyero de la reina?
–Desde hace ocho años ya tenía la idea que me rondaba en la cabeza, pero la tuve que aparcar porque surgió otra, y durante la pandemia la rescaté y pude dedicarle todo el tiempo del mundo a El joyero de la reina.

Portada del libro.
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Dicen que tras escribir un libro cuesta olvidarse del personaje...
–Sí. Yo todavía llevo de la mano a Victoria Eugenia. Y ahora que se está hablando de la visita de los reyes a Las Hurdes, con motivo del centenario de la visita del Alfonso XIII, más. Me ha removido mucho porque siempre hay algo que ha inaugurado Alfonso XIII o Victoria Eugenia. Por otro lado, le adelanto que ya estoy escribiendo otra novela.

Tras escribir esta novela, ¿valora ahora más las joyas?
–Para mí el valor está en el recuerdo del momento en el que me la han regalado o las que son de mis abuelas. Es más sentimental. También le diré que llevo muy mal y me pongo triste cuando me acuerdo de que algunas me han desaparecido. Para mi tienen ese valor sentimental incalculable. No soy de llevar joyas. Llevo siempre los mismos pendientes, y cuando estoy de bajón, busco algo de mi madre.

¿Cuál es su mejor joya?
–Mis hijas. Ellas son increíbles. He disfrutado mucho cuando eran niñas y ahora, en su época de más mayores, sigo enamorada de ellas.

Es su octava novela, de los diez libros que ha publicado. ¿Qué le aporta el escribir?
–Yo hice periodismo porque no se me daba mal escribir y una profesora de Literatura me abrió el camino y me incitó a que hiciera relatos cortos. Al empezar Periodismo ya me puse a trabajar y el sueño de escribir fue quedando siempre en un segundo lugar. Y fue cuando estaba en Radio Nacional de España que se acercó una editorial y me animó a escribir. De eso hace ya 22 años, hasta hoy.

¿Cuál es su relación con Mallorca?
–Para mí tiene que ver con Pedro Serra. Fue la persona con la que empecé a enamorarme de la pintura. Desde entonces soy coleccionista. Estuve en su casa de Sóller y fue maravilloso ver tanto arte por metro cuadrado. Por otro lado, también he estado de vacaciones. Y bueno, pues ahora soy muy de Nadal y precisamente esta invitación para estar mañana presentando El joyero de la reina me ha llegado de una tía de Rafa Nadal.