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Una de las estampas más típicas del verano es la de encontrarse medusas en la playa. Sin embargo, hay que saber diferenciar, pues existen grandes diferencias entre las 10.000 especies que se calcula que hay en todo el mundo. El aumento de la temperatura del mar y la desaparición de algunos de sus depredadores, como la tortuga boba o el atún rojo, han propiciado un aumento de las medusas en aguas españolas. Su estructura, compuesta de una umbrela -su parte superior, en forma de campana- de donde salen los tentáculos, puede dar a pensar que todas son iguales. Nada más lejos de la realidad. Eso sí, cabe recalcar que la picadura de ninguna de las frecuentes en el Mediterráneo es mortal. Estas son las medusas más urticantes, según una guía del proyecto LIFE CUBOMED, puesto en marcha por la Universidad de Alicante.

1. La medusa luminiscente

Una de las especies más comunes y peligrosas en aguas españolas, sobre todo en el Mediterráneo Occidental, es la Pelagia noctiluca, también conocida como medusa luminiscente o clavel. Pueden llegar en grandes enjambres a la costa, disuadiendo del baño a los bañistas, y son frecuentes durante todo el año, con una mayor presencia en primavera y verano. De color rosado o marrón -las más jóvenes-, tiene forma de seta, con verrugas granates. Sus cuatro brazos y ocho largos tentáculos provocan picaduras, parecidas a una quemadura.

PALMA. OCEANOGRAFIA. Balears despide el verano sin apenas rastro de la medusa que más abunda.
Pelagia noctiluca

2. La avispa de mar

En los últimos años también se ha registrado la presencia de la cubomedusa Caribdea marsupialis, también conocida como «avispa de mar». Se trata de una medusa de pequeño tamaño, de unos 5 centímetros, transparente, con toques blanquecinos y azulados y cuatro tentáculos. Suele aparecer en aguas no muy profundas y es muy común en aguas españolas. Por el día suele reposar en un fondo arenoso, mientras que por la noche se desplaza a la superficie. A pesar de sus pequeñas dimensiones, su picadura es muy urticante.

Caribdea marsupialis.

3. Acéfalo azul

La medusa Rhizostoma pulmo, también conocida como aguaviva o acéfalo azul, suele encontrarse en el océano Atlántico y en el Mar Mediterráneo. Es una de las más grandes, con unos 40 centímetros de diámetro. Destaca por su color blanco con ribetes morados y puntos también morados en sus ocho tentáculos. Frecuenta las zonas costeras, cerca de la superficie. Suele acompañar a cangrejos y peces de la familia Carangidae. Su picadura, o el simple roce con alguno de sus tentáculos esparcidos por las zonas costeras puede llegar a producir serias irritaciones. Es catalogada como «urticante».

Ejemplar de acéfalo azul en la orilla. Foto: @_gatob

4. La medusa de rayas naranjas

La medusa de rayas naranjas o Gonionemus vertens es un ejemplar transparente, con zonas anaranjadas. Cuenta con tentáculos, de hasta 90 centímetros, y ventosas en los extremos. Aunque en el Mediterráneo no es muy común, sus picaduras son muy dolorosas.

Medusa de rayas naranjas. Foto: @SlowLifeMenorca

5. El huevo frito

Como su nombre de pila bien indica, la medusa cotylorhiza tuberculata consta de un óvalo amarillento, en medio del cual tiene una protuberancia naranja, obteniendo una forma de huevo frito visto desde arriba. No cuenta con tentáculos, sino solo con ocho brazos. En total, su diámetro mide unos 35 centímetros. Es una especie propia del Mediterráneo, con preferencia por aguas cálidas. De hecho, los adultos suelen ser más abundantes a finales de verano. Tras la picadura, de inmediato aparece una notable inflamación, escozor y verdugones que producen un intenso dolor.

Medusa

6. La medusa cruz

La medusa cruz o Olindias phosphorica cuenta con cuatro líneas radiales blancas opacas. En el Mediterráneo no se suelen dar numerosos enjambres, pero en caso de picadura, los síntomas son muy severos. Está catalogada como especie «muy urticante».

Medusa cruz. Foto: @SlowLifeMenorca

7. La medusa luna

Aunque la aurelia aurita o medusa luna no destaque por la seriedad de su picadura, la incluimos al ser una de las especies más comunes en las playas de todo el mundo. Translúcida y con cuatro brazos, tiene muchos tentáculos en sus bordes, además de cuatro órganos reproductores en forma de herradura en su parte superior que le aportan un aspecto característico. Su picadura suele producir síntomas leves, aunque muy molestos, tales como inflamación y escozor. Aparece tanto en costas, como en puertos.

Medusas luna. Foto: @canalmarmenor

Ante una picadura, lo mejor es enjuagar la zona afectada con vinagre. Este líquido es un ácido débil, capaz de debilitar los aguijones y evitar que estos liberen el veneno de algunos tipos de medusas.