Con el objetivo de posicionar a Mancor de la Vall como una de las grandes capitales de la cerveza, el próximo 10 de septiembre se celebrará la X Mostra de la Cervesa Artesana, en la que este refrescante trago se erigirá protagonista entre juegos populares, stands, gastronomía y música en vivo. El apartado musical es, precisamente, el que sale reforzado en esta edición, pues serán Immaculate Fools los encargados de amenizar la mostra con sus atmósferas folk-pop enriquecidas con sintetizadores.
Aprovechando su privilegiada ubicación, el coqueto Mancor se une a otros focos disgregados por la geografía balear que celebran la cultura de la cerveza artesanal. No es ningún secreto que, en la última década, la rama artesana está ganando terreno a la producción industrial. Esta tendencia, que se originó en los años 80 en Estados Unidos y hoy comprende un 20% del mercado yankee, se ha expandido por todo el mundo, alcanzando cotas importantes en Europa, donde ya había un mercado atomizado con diferentes propuestas. En el marco local, las cerveceras artesanales comienzan a desafiar la hegemonía de la fabricación industrial, creando un nicho comercial más diverso que promueve el incremento de la calidad a corto plazo.
Trayectoria
De todo ello toma buena nota la Associació de Llèpols de Llúpol, entidad impulsora de la X Mostra de la Cervesa Artesana, un evento que el año pasado se desarrolló con muchas restricciones, «apenas éramos 250 personas, fue más una cata que una fira», afirma Toni Ribot, vocal de la asociación. Podría decirse que esta edición, que contará «con una decena de marcas», será un regreso «a la normalidad» tras dos años para olvidar.
«Empezamos hace más de diez años con un presupuesto y formato mucho más discreto, pero con el tiempo fuimos creciendo hasta dar con el formato que tenemos en la actualidad». Ribot se muestra exultante por el crecimiento de la mostra, que se materializa con la contratación de una referencia musical de primera línea: Immaculate Fools. «Siempre hemos estado limitados en este aspecto, pero este año tendremos a una banda de mucho nivel. Además, habrá juegos relacionados con la cerveza y una milla nocturna», explica. Esta carrera, que se celebra la víspera –9 de septiembre–, destaca por su singularidad. «Se corre en grupos de tres o cuatro personas, y han de ir disfrazados». La distancia es de un kilómetro y medio –una milla–, y en su transcurso «se tienen que beber cinco cervezas, y te puede tocar una caliente», advierte. Por el momento, «hay varios grupos apuntados», y ninguno podrá continuar el recorrido «hasta que todos sus miembros se hayan bebido la cerveza». Pinta divertido.
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