Pocas cosas son más satisfactorias que aprender técnicas nuevas; aportan autonomía, nos relajan y pueden ser una ayuda en el ahorro. El taller de costura Espacio Valdesoiro, en Binissalem, acogió este sábado un entretenido curso monográfico sobre la elaboración artesanal de alpargatas, en el que las participantes conocieron, paso a paso, cómo se confecciona uno de los calzados más tradicionales del verano.
«Cuando iba a comprar alpargatas solo encontraba colores lisos y quería algo que saliese de la norma. Estas alpargatas están cosidas a mano por completo, solo se utiliza la máquina para juntar las telas, y se caracterizan por el forro interior de tela de vichy. Cuando te haces algo, te sientes cómoda y ves que te vale, es una recompensa, parece que se valora más que si lo compras», dice Mar Munar Valdesoiro, que abrió su taller en 2021, donde hace arreglos e imparte clases de costura para gente de toda edad.
Las participantes del curso llegaron al taller con las manos vacías y, pasadas cuatro horas, con la constante ayuda y supervisión de Mar, se volvieron a casa con unas alpargatas personalizadas. Lo primero fue escoger las telas a utilizar entre una amplia gama de estampados, y disponer de las herramientas necesarias: un par de suelas, cola blanca, hilo de algodón, una aguja curva y lanera, alfileres gruesos, y se acabó. Con todo lo requerido, solo quedaba pasar a la acción. Con once pasos, que se dicen más rápido de lo que se siguen, se pueden crear unas alpargatas únicas. En primer lugar, con la tela doblada, se cortan las piezas para las palas y los talones usando patrones previamente diseñados; después se pega el forro a la suela con una línea fina de cola blanca y se deja secar; más adelante se encaran las dos telas en cada pieza y se cose a máquina un pespunte alrededor; a continuación se da la vuelta a la pieza, que debe plancharse. Con todas las piezas preparadas, toca darle forma al calzado. Se coloca la pieza del talón, se dobla la tela hacia dentro y se sujeta con alfileres para fijarla y poder coserla con hilo de algodón y una aguja curva. Antes de empezar a coser se debe colocar la pieza delantera para saber en qué punto termina. Hecho esto, se cose el talón con punto festón y se frunce la puntera con aguja e hilo. Acto seguido se dobla el fruncido y se coloca la punta en la suela, se asegura con agujas desde la punta hasta los laterales, y se sigue cosiendo. Cuando la alpargata ya posee su forma definitiva, se realiza el último ajuste y se cosen los laterales.
«Soy aficionada a la costura y quería aprender a hacer espardenyes. Sigo a Mar por redes sociales y, al ver el curso, quise acercarme, es un día diferente», afirma Marga Gomila, que viajó desde Menorca para asistir al curso.
La historia de Mar Munar demuestra que nunca es tarde para volver a empezar. «En casa todo se hacía con las manos; mi madre es modista y mi padre carpintero Yo trabajaba como administrativa, me quedé sin trabajo y, como lo que sabía hacer era coser, decidí abrir el taller», cuenta Mar, que ha recibido encargos de alpargatas desde toda España, e incluso desde Milán o Miami.
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