Tras un paréntesis de tres años, impuesto por la pandemia, Swami Shubamritananda regresa a Palma para ofrecer la conferencia Cómo gestionar la mente, que tendrá lugar el jueves 13 de octubre en el Centro de Convenciones del Gran Hotel Meliá Victoria. Swami Shubamritananda vive con Mata Amritanandarnayi, conocida como Amma, en la comunidad ubicada en Kerala (India) desde 1989, como discípulo monástico, y de manera regular ofrece conferencias y seminarios sobre gestión del estrés y meditación en diferentes países europeos. Cuenta con más de veinte años de experiencia como uno de los discípulos más cercanos a Amma, la ‘mujer de los abrazos', y es su traductor personal. Comparte su conocimiento de la tradición espiritual oriental en términos prácticos y de fácil comprensión. Para asistir a la conferencia, que es gratuita, es necesaria inscripción previa en meditacioniam.mallorca@gmail.com.
¿Es la gestión de la mente la mejor manera de hacer frente a lo que nos está cayendo encima en el mundo? – Gestionar la mente es sumamente importante para hacer frente a los retos que nos presenta el mundo actual. Nos ayuda a mantener la paz interior y la calma, a pesar del caos que nos envuelve. Esta serenidad interior nos permite ver las cosas de manera clara y tomar las decisiones adecuadas. No siempre podremos cambiar las situaciones externas que se nos presentan, ya que muchas de ellas están fuera de nuestro control. Lo único que realmente podemos controlar es nuestro estado mental. Si nuestro estado mental es estable y fuerte, poco a poco esto también traerá un cambio en nuestras condiciones externas. En última instancia, la paz de la mente conlleva más paz y armonía en el mundo.
¿Cómo ve la situación actual: guerra en Ucrania, inflación desbocada...? – Es desgarrador ver el dolor que esta guerra está produciendo, no solo en los países implicados, sino en el mundo entero. Las hostilidades deben cesar y hay que comenzar un diálogo pacífico. La paz no se puede mantener por la fuerza. Solo se puede conseguir mediante el entendimiento. La manera en que la guerra ha afectado al mundo entero a través de la inflación, el elevado coste de la energía, etc demuestra lo mucho que estamos interconectados. Ningún país puede decir: ‘Esta guerra no es problema mío. Deja que los demás lo resuelvan'. El problema que hoy es de otro mañana se convertirá en el nuestro. Lo que el mundo necesita es que los dirigentes dejen de lado sus posiciones personales y tomen decisiones por el bien colectivo del planeta. Como dice el proverbio: «Cuando el amor por el poder sea sustituido por el poder del amor hacia la humanidad, el mundo conocerá la paz».
¿Cómo ve nuestra sociedad dentro de diez años? – El futuro depende de cómo usemos el momento presente. Si tenemos discernimiento en nuestras decisiones, compasión en nuestros corazones y conciencia en nuestras acciones, muchas cosas cambiarán a mejor. Pero si continuamos con el enfoque miope de ‘yo y solo yo', entonces el futuro será difícil. El hilo conductor de los retos a los que se enfrenta el mundo de hoy es la necesidad de acción compasiva y visión holística.
¿Hay alguna esperanza de frenar el cambio climático cuando los intereses económicos siguen teniendo más peso que cualquier otra cosa? – Para mitigar los problemas asociados al cambio climático debe haber urgentemente un cambio en la manera de pensar de la gente. Amma lo dice maravillosamente: «Vemos el mundo como una economía y no como una familia. Cuando vemos el mundo como una economía, el crecimiento ilimitado se convierte en mantra. Pero tal crecimiento no siempre es favorable. Una célula cancerosa que crece más allá de ciertos límites al final puede acarrear la muerte del paciente. El crecimiento debe ser holístico, y con la sostenibilidad y protección del medio ambiente como condición». No solo los gobiernos deben ser proactivos a la hora de hacer frente a la crisis climática. Si cada uno de nosotros crece en la conciencia de nuestro dharma (deber) hacia el entorno natural, entre todos podemos marcar la diferencia respecto a la situación delicada en la que se encuentra actualmente nuestro planeta.
En este mundo globalizado, ¿podemos hablar de una mente global? – Una verdadera mente global no es solo una mente moderna adaptada al estilo de vida actual. Es una mente que está preparada para escuchar y aceptar los puntos de vista y las creencias del otro. Es una mente que está dispuesta a compartir sus recursos con los demás, que entiende que no podemos ser felices si nuestro vecino lo está pasando mal. Es una mente que ve la felicidad y la tristeza de los demás como suyas.
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