Retirando una pintada en la escultura de Aurora Picornell, pintadas en las esculturas de Gafim (mano pintada) y Cardenal Despuig (la esvástica en su mano derecha). | Click

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Lo bueno de caminar, o patear la calle, observando a tu alrededor, es que te permite ver lo que las prisas impiden, y a la vez hacer ejercicio que nunca viene mal. Por eso, de vez en cuando, caminamos.
A estancias de un lector, que nos mandó cerca de una docena de fotografías de monumentos y esculturas vandalizados, es decir, tocados por la mano del hombre con la intención de deteriorarlos, y a la vez olvidados en tal estado por parte de la autoridad competente, como ha hecho con las pintadas en las paredes, hemos ido en su búsqueda, cosa que no ha sido difícil, pues están ahí, en plazas y calles céntricas, por las que uno pasa a menudo pero con la mente y la vista puestas en otro lugar.

¿Qué pasa con el escudo?

Yendo hacia Cort, nos encontramos en la Plaça Major con la escultura que recuerda al periodista Gabriel Fuster Mayans, Gafim, cuya mano derecha sigue pintada de rojo. ¡Y eso que ha llovido desde que se la pintaron…! Pues ahí sigue…. ¿Por qué? Hace unos meses, unos vándalos pintaron el rostro a Aurora Picornell, y a las pocas horas estaba alguien quitándole la pintura, lo cual, a todos, nos pareció muy bien. Pero, ¿por qué no se hace con todos los vandalizados igual? Pues, dejando atrás a Gafim, con su mano pintada de rojo, llegamos a Cort, encontrándonos en la fachada del Ajuntament con otro vandalismo, pues vandalismo es también olvidarse de reponer algo que se quitó algún día, también no muy cercano, como es este caso. Si observáis la fachada del consistorio, veréis que sobre la puerta de la izquierda y de la cristalera que hay por encima del banco de piedra, hay dos escudos, también de piedra, no solo a juego con la fachada, sino completamente integrados en ella. Sin embargo, no hay escudo sobre la puerta de la derecha. De él solo quedan los hierros que lo sujetaban. ¿Qué pasa con esa pieza? ¿La están reparando, se han olvidado de repararla, no saben repararla, no saben qué colocar en ese lugar…? Son preguntas que nos hacemos los ciudadanos al ver tal vacío.

Esvástica y nariz rota

No muy lejos de allí, en la plazoleta de Chopin, vemos que sobre el busto del músico polaco siguen habiendo huellas de la pintada, en color verde, obra de otros vándalos. Pues, ya puestos, ¿por qué no quitan todas las huellas que quedan aún…? Cerca de ese lugar, en la plaza del Mercat, está el monumento a Maura. De él nos llaman la atención dos cosas, ambas referidas a la mujer, en mármol, que también forma parte de él. Y es que su nariz está rota, igual que su brazo… ¿Seguimos…? En la plazoleta que hay frente al convento de Santa Catalina Tomás está el busto del cardenal Despuig, en el que observados otros dos vandalismos: una esvástica en su mano derecha y un lagarto en el antebrazo derecho… Un amigo, que ha viajado mucho, nos cuenta que en París, al lado de cualquier monumento levantado en la calle, suele haber una cámara, y a los pies de esta, un letrero, que viene a decir, más o menos, que la escultura que está usted viendo es del patrimonio de la ciudad, por tanto hay que respetarla, de lo contrario, quién atente contra ella será sancionado.

Esculturas de autor desconocido

Esto –la cámara de vigilancia y el cartel–, aquí no existen. Es más, en muchas esculturas y monumentos ubicados en calles y plazas de Palma, ni siquiera figura el nombre del autor de unas y otros. Lo decimos porque en el jardín ubicado frente al restaurante Los Rafaeles, en el Passeig Mallorca, hay una escultura, que nos da la sensación de que está ahí tirada como una colilla, semi cubierta por la tierra y las hierbas asilvestradas, y cuando llueve por el barro, que no tiene el nombre a la vista –ni en ninguna parte– de su autor. Ni de lo que significa. Da tanta pena verla así, que la otra noche nos la quisimos llevar a casa, como adoptada, total, ¡nadie la iba a echar en falta! Pero no pudimos: pesa demasiado. Pero… Sí, es una pena verla así… Como también dan pena los escudos que hay en una de las paredes de s’Hort del Rei, por lo sucios que están, o que en fuentes tan queridas, como la de las Tortugas, o la del Obelisco, observar que por sus conductos desde hace tiempo ha dejado de brotar el agua. Y al decir desde hace tiempo, nos referimos a hace tiempo. Vamos, que no vale decir que si ahora no brota el agua es por las restricciones a causa de la sequía. Porque eso está así desde hace mucho antes. Pues eso, que es una pena, ¿no? ¿Habremos logrado recordar a Cort que esas piezas forman parte del patrimonio de Palma?