Esto conlleva el riesgo de que muchos hombres sean tratados innecesariamente, con el consiguiente riesgo de complicaciones permanentes en forma de incontinencia urinaria e impotencia, efectos que afectan negativamente a su calidad de vida. En este presente estudio se invitó a 37.887 hombres suecos de entre 50 y 60 años a someterse al análisis de sangre del antígeno prostático específico (PSA). En caso de que sus niveles de PSA fueran elevados, se les ofreció la realización de una resonancia magnética (RM) de la próstata.
Los 17.980 hombres que participaron (el 47% de todos los invitados) se dividieron en dos grupos. En el grupo de referencia, a todos los que tenían niveles elevados de PSA se les ofreció un muestreo sistemático de tejido, con 12 muestras de tejido «a ciegas» tomadas de diversas partes de la próstata. Si la resonancia magnética mostraba algo sospechoso, se tomaban otras tres o cuatro muestras de tejido específicas en la zona afectada. Hoy en día, esta estrategia es, en términos generales, estándar en todo el mundo. En el grupo experimental, sólo se seleccionaron para la toma de muestras de tejido los hombres con hallazgos sospechosos revelados por la RM.
Sólo se tomaron cuatro muestras de tejido en la zona sospechosa. Los resultados muestran que el riesgo de encontrar un cáncer indolente (inofensivo) se redujo a la mitad en el grupo experimental, mientras que los cánceres graves, potencialmente mortales, se encontraron casi a la misma escala en ambos grupos. «Debemos abandonar la toma de muestras de tejidos a ciegas que sigue siendo habitual hoy en día, basarnos en el examen por resonancia magnética y, de este modo, cambiar el diagnóstico para tomar muestras sólo en aquellos hombres en los que la resonancia magnética haya detectado tumores, y entonces sólo tomar muestras específicas en la zona afectada.
Esta estrategia está reduciendo drásticamente el número de personas que necesitan someterse a la toma de muestras de tejido, que es un procedimiento desagradable con un riesgo asociado de infección. Además, la estrategia reduce a la mitad el riesgo de detectar un tumor inofensivo, que ha sido el mayor obstáculo para introducir el cribado general del cáncer de próstata», ha comentado Jonas Hugosson, catedrático de Urología de la Universidad de Gotemburgo y médico jefe del Hospital Universitario Sahlgrenska.
En el grupo experimental, había una mayor probabilidad de que la detección de un cáncer moderadamente grave se retrasara ligeramente en una pequeña proporción de individuos. No obstante, el resultado global indica que ahora existen argumentos médicos sólidos para introducir el cribado según el modelo actual. «Los resultados de este estudio pueden allanar el camino para la introducción del cribado general del cáncer de próstata. Pero la evaluación debe incluir también otros factores, como los costes y el acceso a las resonancias magnéticas», ha concluido Hugosson.
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