Esta verdura –al parecer anterior a las comunes zanahorias naranjas–, resulta muy versátil y su color es casi hipnotizante, destacando su centro blanco. En cuanto a su sabor, se define como un poco más dulce que la zanahoria naranja y deja tonos picantes. Su cultivo en Mallorca es recurrente, de hecho es la estrella de varios platos sabrosísimos de la cultura gastronómica de la Isla, como el Frito de zanahoria morada (Frit de pastanaga negra).; también es común comerla cruda en ensaladas. Y es que existen muchas formas de disfrutar este singular manjar lila que impregna de su color todo aquello con lo que se cocina. Como decíamos, la gastronomía mallorquina incluye esta hortaliza en muchos de sus platos más típicos y con más tradición. Se cocina frita, encurtida o en crema, pero también como acompañamiento de carnes, pescados u otras verduras.
Su cultivo estuvo en desuso, pero en los últimos años se ha convertido en un reclamo de la alta cocina, reactivando así su consumo y, por tanto, su producción. Se hace imprescindible destacar que son muchos los chef de la Isla que tienen a este producto de nuestra tierra en alta estima y lo utilizan tanto de guarnición como de protagonista del plato, consiguiendo exquisitas propuestas.
La zanahoria morada se recolecta desde finales de octubre hasta el mes de marzo, por lo tanto ya se puede encontrar en los mercados de los pueblos mallorquines. Necesita agua y su siembra es en la tierra y debe mantener una distancia de 10 centímetros entre ellas.
Entre sus propiedades, destaca que son ricas en fibra y con poco sodio. Esta variedad cuenta con otros beneficios como sus vitaminas (A, E y B) y minerales: potasio, fósforo, magnesio, yodo y calcio. Además tiene una peculiaridad más que la diferencia de las zanahorias naranjas, y es la antocianina que a su vez proporciona varios beneficios tales como que es antioxidante y tiene propiedades antiinflamatorias, entre otras.
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