Marga Porcel junto con el belén de ganchillo expuesto en el escaparate de la tienda Triggo. | Pere Bota
Desde pequeña Marga Porcel (Palma, 1964) veía a su abuela tejer. Estando con ella, ya enferma, Marga cogió un hilo y una aguja y empezó a tejer metros y metros de cadeneta. Poco después, su tía le compró una revista de ganchillo y así fue cómo, con apenas catorce años, Marga vio entre aquellas páginas un curioso nacimiento de ganchillo. «Esto lo tengo que hacer», pensó. Confeccionó cuatro figuritas, que ahora forman parte de un belén de más de 100 piezas, que ha ido tejiendo desde entonces. En la obra, que se expone -no al completo- en el escaparate de la tienda Triggo, una travesía de Paseo Mallorca, se pueden ver desde sobrasadas y castañas hasta dunas y puestecillos, todos hechos a base de puntadas de ganchillo.
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