En los últimos años, bares emblemáticos se quedaron en el camino. Otros bajaron la persiana pero reabrieron con nuevos dueños o inversionistas… a quien más quien menos le ha pasado factura la crisis sanitaria, y el resto puede darse con un canto en los dientes por seguir en pie resistiendo los embates del destino. Por si fuera poco, la restauración ha tenido que lidiar con la proliferación de modernas cafeterías que cambian el cortado de toda la vida por un latte machiatto. Lugares donde, desparramada en sus sillones, una clientela mayoritariamente joven aprovecha la señal wifi para navegar sonámbula en sus smartphones.
Con 58 años de historia, alineado entre los ‘históricos’, encontramos el bar La Unión de sa Cabaneta, un local que bajo la dirección de Javier Cobo aspira a convertirse en un dinamizador cultural de este coqueto núcleo. Ocupar el mismo espacio desde hace tanto tiempo le brinda el apoyo de los vecinos, que lo sienten como propio, convirtiéndolo en un punto de encuentro intergeneracional. Les conocen por su nombre y les sirven su café sin preguntar, y esos códigos son importantes porque estrechan el vínculo con el barrio, con la comunidad. Llámenme romántico, pero son estos bares con carácter –vintage, antes de acuñarse el término–, a menudo decorados con publicidad de Mirinda, Cinzano o Nitrato de Chile, los locales que me catapultan a los primeros vermuts de pubertad, en los que me siento en casa. Lugares como el bar La Unión, un espacio que alberga el espíritu de la cultura cabanatera.
Por eso resulta tan estimulante la iniciativa que, de la mano de una exposición de Joan Oliver, prende la mecha de un nuevo periplo en este emblemático local. «Quiero acercar el bar a la cultura, quisiera programar recitales de poesía, presentaciones literarias, actuaciones musicales e incluso me gustaría recuperar el antiguo club de ajedrez. Pero de momento el punto de partida es la exposición de Joan», expresa Javier Cobo, tercera generación de este negocio. La Unión inició su nueva singladura el pasado 27 de diciembre, de la mano de Fora de context, título de la muestra de Oliver con la que Cobo confirma su voluntad de enlazar diferentes actividades unidas bajo un eje cultural.
Javier Cobo desea imprimir un nuevo vuelo al bar La Unión.
«La exposición cuenta con una veintena de obras de pequeño formato, situadas en estas estanterías antiguas que forman parte de la historia del bar», expresa Oliver. La obra posee matices figurativos, «es un camino que me marca, y esa figuración comunica, enlaza e interpela directamente con el espectador», determina el artista, que se confiesa cliente asiduo del bar, «lo he vivido desde que soy pequeño, cuando venía a comprar helados y a jugar a dardos». Calmada y colorista, la muestra se clausurará el 27 de enero con una fiesta amenizada por un DJ de música colombiana, «creo que su polirrítmia entronca con la vis creativa de mi obra», concluye Oliver.
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