Si la propiedad no limpia na Burguesa, la van a limpiar los vecinos de Génova. | Click

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Los vecinos de Génova siguen rebotados contra el Ajuntament de Palma y el Obispado de Mallorca. Con los primeros por el mal estado en que se encuentran sus calles, que cuando llueve se convierten en un infierno, y en las que los niños –sobre todo cuando atraviesan la del Camí dels Reis para ir al colegio– se juegan la vida. «¿Tendremos que volver a cerrar las calles –nos dice Santi Menéndez, secretario de la Asociación de Vecinos– como hicimos ante la negativa de Cort de ponernos semáforos?». Porque aparte, los vecinos tienen más quejas para el Ajuntament de preside Hila. «El Casal de barri… ¿Cuándo van a comenzar las obras cuyo presupuesto ha sido aprobado hace mucho tiempo?»

También se preguntan dónde están los policías de barrio que les fueron presentados, o a qué hora pasan por allí, «pues desde aquel día no los hemos vuelto a ver…». Y siguiendo con las preguntas,    preguntan «¿Dónde está la oposición? ¿Qué hace…?» Por eso, la citada AVV se negará en rotundo a recibir a cualquier político, sea del partido que fuere, durante la próxima campaña electoral. Y es que están hartos de escuchar promesas que luego no cumplen.

Ya que no lo hace el Obispado...

Por otra parte, sigue contándonos Santi Menéndez, «mañana, domingo 19, a partir de las nueve de la mañana, en colaboración con MGuins y Rotary Club, nuestra Asociación de Vecinos organiza, bajo el lema ‘Recuperem na Burguesa, jornada de voluntariat per netejar l'entorn, el cami i els miradors', una jornada de limpieza, entre las 9 y las 13 horas, dado que el lugar está hecho una pena, sobre todo de suciedad. Aparte de que los fines de semana, y vísperas de fiesta, se convierte en un after. Sobre todo a partir de las tres o las cuatro de la madrugada no paran de subir coches y motos para seguir la fiesta a base de alcohol, bocatas, música y preservativos –cuyos restos dejan tirados por ahí–, como ocurría en tiempos de pandemia, que muchos se iban a los polígonos a beber y a bailar hasta que la policía puso barreras y se acabó. Pero aquí, como hemos dicho, a la policía no la vemos, y el que tiene que poner la barrera es el propietario, y el propietario de na Burguesa es el Obispado, que hace tiempo dijo que pondría una barrera que no ha puesto. Tampoco está exento de culpa el Consell de Mallorca. Porque si na Burguesa pertenece a la Serra de Tramuntana, y esta es Patrimonio Mundial de la Humanidad, tal y como nos recuerda el Consell en una placa que hay en la entrada, tendrían que protegerla, ¿no? ¡Pues no!, basta, si no, ver cómo está, y cómo están sus miradores… Por eso los vecinos vamos a limpiarla».

Hace dos años consiguieron liberarla de 70 kilos de basura, ¿superarán la cifra en esta convocatoria? Pues venga, nos vemos mañana en na Burguesa.

Una chapuza

La otra mañana, paseando por el Jonquet, concretamente por la zona de los molinos que dan al Passeig Marítim, prácticamente inaccesible a causa de las obras electorales que están haciendo allí, y casi en frente del molino cuyas aspas, de lo rotas que están, el día menos pensado    con ventisca van a echar a volar, descubrimos otra chapuza más propia de la época del hombre de Neanderthal que la de ahora: una alcantarilla, a la que han quitado la tapa, seguramente metálica, y en su lugar han puesto, a fin de que no caiga nadie y se haga daño, unas raíces de árbol y… Pues vaya arreglo, ¿no? Pues sí, una chapuza más de las muchas que hay en tan bonito barrio, cuna de pescadores… Pues vamos a ver durante cuánto tiempo sigue    eso ahí….   

Así está mejor, ¿no?

Pues como no podía ser de otro modo, tras denunciar en esta página el estado de las escaleras de las calles Antoni Maria Thomàs y Tomàs Vila, paralela una con otra –escaleras cubiertas de plantas asilvestradas que no facilitaban el paso por ellas, aparte de que ante los sentidos eran tan dolorosas, sobre todo en el de la vista, como pegarse un tiro en un pie–, el departamento de mantenimiento de Cort ha tomado, ¡con más rapidez que nunca!, cartas en el asunto y las ha podado, dejándolas como una patena, es decir, nada que ver con lo que eran. Pues que conste. Porque si criticamos lo que no está bien, reconocemos lo que si está bien.