Es un amor que marca y que nunca se olvida, cuya palabra, una de las palabras más simples y de las que primero se aprenden -«ma-má»-, tiene el poder de llegar al alma y ablandar al más duro. La mirada, las caricias, cómo pronuncia el nombre de uno -para reñir y para tranquilizar-, los consejos…Las madres son uno de los mayores tesoros, el refugio seguro al que acudir en tiempos de incertidumbre. Este domingo, día de la madre, muchos lectores han querido rendir un pequeño (y merecido) homenaje en este periódico a sus madres, en muestra de amor y agradecimiento.
Quizá uno de los rasgos más característicos del vínculo que se establece con la madre es el reflejo con el que uno se identifica. No es solo ver en ella la misma nariz, las mismas pecas o sonrisa que el espejo devuelve cada mañana; son los gestos aprendidos, reconocerse en ciertas formas de hablar, de ser o de querer. Son el pilar sobre el que el pequeño se construye y el mayor se sustenta, y al que vuelve cuando el resto del mundo parece derrumbarse.
Este vínculo se observa a la perfección entre Lara González y Toñi Granados. Con su característica vitalidad, siempre que pueden organizan planes para disfrutar juntas. Han acabado en el desierto de Marruecos o aprendiendo a surfear en Canarias, junto con su hijo y hermano Alehandro, de 5 años. «¡Gracias por compartir aventuras y por tu amor incondicional!», le escribe Lara en este original homenaje. Además de amor, cuando uno se para a pensar en su madre, surge un sentimiento de agradecimiento. «Si tuviera que elegir una palabra que describiera lo que siento por ti... elegiría «admiración». Admiro la manera en que nos inculcas el amor por la familia; la forma de cuidarnos y luchar por nosotras y de defendernos sobre todas las cosas», destaca Marina Fiscaletti de su madre María Jerónima Marqués. Un amor tan fuerte y duradero puede con todo y nunca se olvida. Marina y David recuerdan cada día a Juana Mari Bonet. Siguen su ejemplo y la tienen en mente en cada decisión, alegría y estrella que ven en el cielo. Solo cabe decir, hoy en especial...¡Gracias por tanto, mamás!
1 comentario
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Voy ha hacer un homenaje a mi madre y a muchas madres que conocí, en los años 60 o 70, sin apenas estudios, trabajaban de sol a sol, la mayoría tenían de 4 a 7 u 8 hijos, sus maridos, querían la mesa puesta a punto a las 2, por la tarde después de serviles el café, solía hacer la siesta el marido, a las 7 se iba con los amigotes, a tomar copas en los bares del barrio, ellas se pasaban la vida, entre limpiar la casa, y lavar ropa, planchar, y cuidado de la prole, solo había chillidos y broncas por parte del padre, los fines de semana, el solía ir al fútbol o a los toros, antes de que la madre nos preparaba una paella, el se iba al fútbol, y la madre en casa con sus hijos, sin poder ir a ningún sitio, esa era la triste realidad de una época, en la que el padre ejercía de verdugo y la madre de una esclava y sumisa, menos mal, que todo a cambiado y la madre ya tiene un trabajo, sale con amigas, y hace viajes, gracias mamá, porque nunca te merecistes esto, este calvario que sufriste, tanto tu como millones de madres, eras lo mejor que he conocido en este mundo.