Esas palabras, que aún resuenan en mi cabeza, me hicieron pensar en una costumbre en desuso –quizá extinguida–: la de escribir cartas. ¿Acaso queda algún alma anacrónica empeñada en desafiar al destino, alérgica a la comunicación por email, que se decante por la pluma y el papel? Alguien que vaya al estanco a comprar sobres y sellos... De existir sería una deliciosa anomalía, una exquisita rara avis miembro de una minoría de apasionados, aferrados al conservacionismo y romanticismo de lo escrito. Toñi Requena, una cartera que serpentea con su moto s'Arenal repartiendo correspondencia, nos saca de dudas: «La verdad es que han aumentado mucho las notificaciones y la paquetería pero aún hay gente que escribe cartas, aunque cada vez llegan menos», advierte nuestra protagonista, quien además se desempeña como cantautora. Tiene un disco publicado (Amor y desamor) –precisamente de eso van sus temas–, aunque también vampiriza la obra de gente como Rosario Flores, Bebe y Chambao. Ahora está de baja, ni guitarra ni cartas durante su baja por maternidad. De ahí que se muestre reticente a salir en la foto, «desde el parto no he recuperado la figura», afirma coqueta.
Si lo piensan, la mayoría de cartas que nos llegan por correo, sean de publicidad o propaganda electoral, son cartas que nadie abrirá. Son cartas muertas. Como las del amargado Bartleby. Pero eso no quiere decir que la de Correos sea, ni mucho menos, una profesión en vías de extinción. «Puede que desaparezca la costumbre de escribir cartas, pero las notificaciones de Hacienda, Seguridad Social y las multas siempre van a estar ahí». No hace falta que lo jure. En lo que va de año he recibido un par de multas. Pero esa es otra historia. A Toñi, como a otros compañeros de Correos, se les ilumina la cara cuando descubren una misiva con el remitente y destinatario escrito de puño y letra, «nos hace mucha ilusión», reconoce. Ella misma se confiesa fan «de lo físico», porque conlleva una nostalgia implícita. «No quiero que desaparezcan las cartas, como tampoco los cedés, casetes ni vinilos, solemos dejar nuestros sentimientos en aquello que podemos tocar, en lo tangible», agrega.
La civilización avanza a pasos de gigante, y más pronto que tarde el atril de las herramientas, usos y costumbres de moda será reemplazado por otras que generarán mayor consenso social. El correo electrónico y WhatsApp desbancaron al hábito de escribir cartas del mismo modo que las tablets borrarán de la faz de la Tierra a las viejas libretas que mi generación garabateaba en el colegio. Pero para gente como Toñi, lo clásico, analógico, físico y tangible siempre será más hermoso, porque «te lo puedes guardar como recuerdo».
Desde estas líneas les animo a coger papel y boli y marcarse unas líneas para alguien especial. Y recuerde que una buena carta siempre debe ir acompañada de posdata. La posdata evidencia la resistencia a dar por terminada la conversación, porque... ¿quién confiaría en un amante que se limitara a saludar desde el andén, sin correr tras el tren con el corazón en un puño? Es un gesto inútil, pero en ocasiones por resistencia a lo inútil puede perderse todo. Así que... Posdata: Hasta la próxima.
3 comentarios
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mirandaEn Palma se puede encontrar papel japonés Midori, de la mejor calidad posible, en Comte de Sallent esquina con Font I Monteros, al igual que todo tipo de estilográficas. Los sobres de esa famosa perfumería tienen las tres B.
Me temo que soy una de estas rara avis… pertenezco al mayor foro de aficionados de estilográficas de España, y dentro del foro organizamos diferentes actividades: intercambio de tintas, intercambio de correspondencia… lo llamamos 12 meses, 12 cartas y 500 sobres porque cada mes añadimos a un nuevo forero a nuestro ciclo habitual, con lo que el envío de cartas no es nada desdeñable. En mi caso, fueron unas 120 el año pasado y no soy el que más envía… Pero el foro también tiene una vertiente social, de la que nos sentimos muy orgullosos: este año estamos colaborando con Mamás en Acción, aportando nuestro granito de arena. Por último, quiero romper otro tópico: no somos anacrónicos en nuestro día a día. En el foro hay multitud de perfiles técnicos, informáticos, y algún que otro director de tecnología… una cosa es la afición y otra bien distinta vivir como un asceta digital.
Hace unos meses quise escribir una carta a una persona de la que no sabia nada en 25 años. Resultó todo un desafío, ya no se encuentra papel para cartas en ninguna librería de Palma y las recorrí a todas durante un tiempo; pequeñas y grandes, en el centro, en los barrios y nada. Aquellas hojas con líneas desaparecieron pero me resistía a escribir en el papel de la impresora. Mientras buscaba lo imposible me hablaron de una vieja práctica que consistía en crear sobre una hoja en blanco las líneas y luego colocarla debajo de la hoja en la que escribiría. Mi búsqueda continuó hasta que apareció una hoja en color más apropiada para carta en la tienda de perfumería de Plaza España. Así la envié y en unos días recibí una carta de respuesta. Que felicidad encontrar en mi buzón una carta que me enviaba una persona.