«Y si lo hice con José Hila, lo haré, si ha lugar, con Martínez -adelanta-. Tengo muy buenos amigos en el PP, pero ellos saben que no mezclo la velocidad con el tocino, es decir, que si hay que dar un toque de atención a alguien, eso si, con buenas palabras, pero con contundencia, se le da».
Uno de los temas por los que Berrio ha salido a la palestra ha sido Son Reus, y no solo por cómo alimentaban a un buitre a base de palomas, «sino porque el personal que está con los animales no está debidamente cualificado para ello… Como temen a los perros, a base de manguerazos de agua los tienen pegados a las paredes, completamente empapados. Y a un animal no se le puede tratar como ellos los tratan… No se puede ser tan cruel como son algunos de ellos… ¿Qué no sirven para eso…? Pues que barran, y que en su lugar pongan gente preparada y sensibilizada con los animales. Y que lo hagan aprovechando que los que mandaban ya no están, uno por jubilación, el otro porque el resultado del 28M le ha echado». Y antes de aparcar el asunto Son Reus, añade algo más. «Por ley, hay que quitar la uralita de los tejados. Pues bien, que Son Reus las retire todas. Lo dice la Ley. Es lo mismo que las bolsas que dan en los mercados municipales, no todas se ajustan a lo que dice la Ley. ¿Qué hacen los inspectores para erradicarlas…? Hasta le fecha, poco, por no decir nada. Pues esas bolsas no legales se siguen dando».
Y si para Berrio las urnas hacen justicia colocando a cada cual en su sitio, «no es justo que quiénes han perdido estando en el poder, como los socialistas, podemitas y demás, sus partidos les den otra oportunidad metiéndolos en las listas de diputados y senadores, y dentro de cuatro años en las de eurodiputados, cuando lo que tendrían que hacer es irse a su casa y dejar su plaza a otros. Porque si un trabajador que no lo hace bien, o no rinde lo esperado de él, le despiden y tiene que buscarse la vida, un político que pierde las elecciones, porque lo ha hecho mal, por tanto debería irse a su casa, se engancha como sea y sigue. Lo suyo sería que en el Parlamento se votara una ley que obligara a los políticos del territorio español a estar solo ocho años en el cargo, luego ¡a casa! Pero ninguno lo hará. Aprobar esa Ley sería como tirarse piedras a su tejado».
Para la presente legislatura, Berrio ya tiene una lista de peticiones que irá haciendo al Ajuntament, «entre ellas, si faltan policías, cómo se dice, que los pongan. La seguridad de Palma depende en parte de la policía, si no hay suficientes, que no los hay, tendrán que convocar oposiciones a nuevas plazas. En cuanto a la gente que duerme en la calle, algo habrá que hacer con ella, ¿no? Son personas. Además si prefieren la calle a los establecimientos de acogida, es que, o faltan de estos o las condiciones de vida en ellos son tan malas que prefieren la calle. Por tanto, habrá que averiguar qué pasa. También hay que encontrar solución a las galerías y escaleras mecánicas de la Plaça Major de Palma. ¿Y qué va a pasar con la zona comercial y de bares que había en s' Escorxador… Y con la seguridad de Camp Redó…?».
Para Berrio, el PP, desde el sábado pasado con el gobierno municipal en su poder, habiendo estado en la oposición, y más con bonanza económica en las arcas de Cort que parece que hay, pese a que esté en minoría, siempre cuando haga las cosas bien, mirando a favor del ciudadano, esa minoría no tiene por qué afectarle. Y a mi, como ciudadano, me encantaría que así fuera, ya que sería señal de que todo va bien.
Por último, Berrio le recuerda al batle Martínez «que hemos sido la sociedad, con los activistas al frente, los que hemos puesto en la calle al señor Hila y a sus socios de Podemos. Quiero decir que usted si se lo propone, puede tener un mandato apacible, de lo contrario vendrán los problemas. ¡Ah!, y no olvide tampoco que los políticos son empleados de los ciudadanos… Venga, ¡feliz legislatura! Y se lo deseo de corazón».
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