«La Primera Enmienda contempla a Estados Unidos como un lugar rico y complejo, donde todas las personas son libres de pensar y hablar como deseen, no como exige el gobierno», ha hecho saber el juez del Supremo Neil Gorsuch en su escrito de la opinión mayoritaria del tribunal. Esta sentencia abre la puerta a los empresarios de 29 estados del país donde existe algún tipo de normativa antidiscriminación a este respecto para que eludan cualquier tipo de castigo. La opinión minoritaria del Supremo ha sido redactada por la jueza Sonia Sotomayor, quien ha denunciado el veredicto como un «revés para el movimiento por la libertad y la igualdad de las minorías», en forma de una «exclusión reaccionaria».
«Tristemente estamos familiarizados con esta situación. Cada vez que los movimientos por los derechos civiles y los derechos de las mujeres han perseguido la igualdad, han acabado enfrentados con instituciones públicas», ha indicado. Tras el veredicto, organizaciones LGBTQ se han apresurado a explicar en redes sociales las limitaciones de un veredicto para tranquilizar a la comunidad. El dictamen no implica que ahora todos los negocios puedan negarse atender a la comunidad LGBTQ. El veredicto se aplica a cualquier compañía que ofrezca «servicios originales, personalizados y de carácter expresivo, y siempre y cuando», añade la ONG del Fondo para la Educación y la Defensa Legal Transgénero, «la empresa en cuestión decida abordar el proyecto desde una perspectiva ideológica». «De lo contrario», añade la ONG, «los negocios deben actuar conforme a la ley antidiscriminación en los casos donde así se aplique».
Biden opina
En su primera reacción a la decisión, Biden ha lamentado profundamente la «decepcionante» decisión del Supremo, en un veredicto que «socava la verdad de que ninguna persona debe sufrir discriminación por ser quién es o a quién ama». Biden considera que, si bien la decisión de la Corte es limitada en alcance, podría «invitar a una mayor discriminación contra los estadounidenses LGBTQI+» y supone, en términos generales, un dictamen que «debilita las leyes que protegen a todos los estadounidenses contra la discriminación en los lugares públicos, incluidas las personas de color, las personas con discapacidades, las personas de fe y las mujeres».
Por ello, el presidente ha pedido la aprobación a la mayor brevedad posible de su proyecto de ley de igualdad, ahora mismo bajo consideración en el Senado tras su aprobación inicial en la cámara baja del Congreso en 2021, «que consagrará las protecciones de los derechos civiles para los estadounidenses LGBTQI+ en la ley federal y fortalecerá las protecciones de los lugares públicos para todos los estadounidenses», ha indicado Biden. Por lo demás, congresistas republicanos y demócratas han salido a las redes sociales para aplaudir o denunciar el veredicto.
El conservador Josh Hawley, cuya mujer, Erin, ha asesorado al equipo legal que ha defendido a la diseñadora, ha celebrado esta «gran victoria para la libertad religiosa y de expresión en el país». El secretario de Transporte, Pete Buttigieg, homosexual declarado, considera que el veredicto de este viernes ha empleado «de manera errónea a la religión como una excusa» y ha lamentado que este dictamen «supone un paso atrás para América».
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