Víctor Piña, nacido en El Toro (Calvià), es mago. Pero, pese a su juventud, no es un mago cualquiera, no por el trabajo que tiene, que es bastante –tanto en la Isla como lejos de ella– sino por dónde y con quién ha estado, y por qué ha estado donde ha estado y con quien ha estado.
Los comienzos
Víctor, que vive de la magia, que incluso tiene una baraja propia, hecha a su imagen y semejanza, por tanto personal e intransferible, es, además, asperger, un trastorno incluido dentro del espectro autista, lo cual, dado que son personas muy poco dadas a las relaciones sociales, les dificulta bastante poder llevar a cabo actividades de tipo social. Pero él comenta que «la magia me ha ayudado mucho en todos los aspectos de mi vida privada».
A diferencia de otros magos, que se iniciaron en la magia a través del juego Magia Borrás, él afirma que «yo también tuve en mis manos esos juegos de magia, como otros muchos niños, pero no me llamaron la atención. Porque lo que a mi me impactó fue un truco que me hizo un amigo en el colegio. Y me impactó tanto, que me metí en internet… Porque yo también quería aprender a hacer esas maravillas. Y a través de mi búsqueda en internet, vi que, más que aprender de los vídeos tutoriales, se recomendaba la lectura de libros de trucos de magia, sobre todo por el valor psicológico que da su lectura. ¡Y menos mal que lo hice!, porque luego aprendí que la magia está escrita en un lenguaje psicológico, en el sentido de que el 80 por ciento es psicología y el resto manipulación técnica».
Tras aprender de los libros, tuvo que dar un segundo paso: actuar ante el público, «lo cual, al principio, me resultaba pavoroso. Recuerdo mi primera actuación con público en la que lo pasé muy mal, pero, poco a poco, te vas haciendo con él. Incluso, una persona de mis características, autista, al final encuentra en la magia una buena aliada. Entre otras cosas, porque con la magia conectas con la energía de la gente. Y da igual si usas cartas, monedas, aros… Pues lo que prevalece es esa conexión entre el mago y el público. Pero al principio, esos aspectos no los ves».
De Mallorca al resto del mundo
Como hemos dicho, Víctor no solo trabaja en Mallorca, en fiestas privadas, bodas, eventos empresariales, etc., sino que también viaja mucho. «He estado trabajando en Francia, Italia, Inglaterra, Nueva York, Los Ángeles, Las Vegas, Costa Rica… En España he hecho una gira, y próximamente voy a Japón. Y allí a donde voy, no solo hago el espectáculo de magia, sino que, además, doy conferencias de magia a otros magos. En Los Ángeles estuve en elCastillo Mágico, que en el mundo de los magos es La Meca, donde hice en una semana treinta y un shows de magia, además de dar una conferencia para la Escuela de Artes Mágicas de Hollywood. En Las Vegas trabajé en el Congreso de Magia más importante que se hace en el mundo, y en el que se dan cita más de dos mil magos llegados desde cualquier continente. Tiene lugar en uno de los casinos, y en él se dan conferencias, actuaciones, talleres, etc., todo girando en torno a la magia. David Copperfield me dio la enhorabuena por el show de magia que hice y me invitó a ver su espectáculo», lo cual no es moco de pavo, le comentamos, a lo que Víctor asiente con una sonrisa en la que vemos a partes iguales satisfacción y confianza en sí mismo.
«David Copperfield –señala– después de Harry Houdini, es quien, tal vez, haya hecho más por la magia para el público no mago. Por otra parte, y pese a los años que lleva en esto, y cuando crees que ya no puede superar lo que ha hecho, él sigue trabajando por mejorar su show. Esa es su grandeza».
Víctor, que pese a su juventud vive de la magia, y se reparte entre seguir estudiando y los compromisos firmados, cosa que le ocupa gran parte de las horas del día, nos dice que los magos españoles están muy bien considerados allá a donde vayan «porque España es la primera potencia mundial en magia. Y eso, en parte, es así gracias a los grandes maestros que ha tenido este país, como Arturo de Ascanio, Juan Tamariz y Gabi Pareras, entre otros».
Sobre Tamariz opina que «es uno de los magos más importantes e influyentes del mundo, y él siempre me dice que siempre queda algo por aprender. Ya ves, con todos los años que tiene, con todo lo que ha hecho por la magia, dice que sigue aprendiendo… Y es que cuanto más sabes más consciente eres de lo que no sabes».
Agradecimientos
Para el mago, no todo el público es igual. Y él, como tal, está de acuerdo con que no es lo mismo actuar para un público que para otro. «A los rusos, por ejemplo, les encanta que les hagas magia con sus pertenencias. Otros, en cambio, prefieren más que trabajes con su mente. En España, la cultura de la magia está basada únicamente en el engaño, mientras que en EstadosUnidos, el engaño es solo una parte imprescindible para poder disfrutar de lo imposible. Por eso, el mago tiene que estar preparado para actuar ante cualquier público, dado que las trampas son principalmente psicológicas y estas dependen del origen cultural del público. Por eso, uno no solo tiene que estudiar magia, sino, además, entender a la sociedad a niveles más profundos».
Antes de finalizar, Víctor quiere tener unas palabras especiales para Gabi Pareras, mago de Barcelona, de quien ha aprendido mucho: «Es, sin duda, uno de los teóricos de la magia más importantes del mundo en los tiempos actuales y un gran amigo. Por tanto, su influencia es máxima. Para él, la magia consiste en el regalo de compartir con los espectadores una experiencia basada en el misterio del imposible».
La magia siempre fue para mí como un jardín encantado, lleno de misterios y maravillas. Pero desde que esa serie de televisión decidió revelar los trucos, se desvaneció el encanto. Es como si alguien hubiera pronunciado un hechizo erróneo y todas las flores mágicas se marchitaran. Ahora, cada truco es solo un espejismo descolorido, y la magia ya no tiene el mismo brillo en mis ojos.
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La magia siempre fue para mí como un jardín encantado, lleno de misterios y maravillas. Pero desde que esa serie de televisión decidió revelar los trucos, se desvaneció el encanto. Es como si alguien hubiera pronunciado un hechizo erróneo y todas las flores mágicas se marchitaran. Ahora, cada truco es solo un espejismo descolorido, y la magia ya no tiene el mismo brillo en mis ojos.