Mis compañeros de cama durante tres días en ella, griposo y aburrido. | Click

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La pasada semana nos ocurrió algo que, recordemos, no nos había pasado desde que llevamos en esta profesión: tenernos que quedar en la cama a causa de un trancazo, o gripe, o constipado, como prefiráis llamarlo. Pero quedarnos en la cama, eh. Metido en ella, y tapado hasta las orejas, tomando lo clásico en estos casos, entre ello, limonada con agua y miel ¡Ah! Y vahos de eucalipto. Para colmo, el vecino del piso de arriba estaba haciendo obras en la casa, lo cual significaba tener que soportar golpes y más golpes y… ¡Pues qué le vamos a hacer!, si no aguantar.

Todos somos presuntos suicidas

Naturalmente, el primer día fue el peor. Me acosté a las seis de la tarde, y no me levanté hasta el día siguiente, a mediodía. Y es que, después de la tormenta del catarro, cuesta llegar a la calma total; por ello, no queda más remedio que darse ánimos y mantener la mente despejada, colocándola en un plano por encima del motivo por el que estás en la cama, y que, para mí, fue la lectura. Sí, en tres días que anduve viviendo entre sábanas con visitas esporádicas a mi guarida de trabajo, he leído dos libros, Presuntos suicidas, de Dukhas&Acromen, a quienes entrevistamos hace unos días en esta página, un libro que os recomiendo que leáis a poco que salga al mercado, puesto que todos somos ‘presuntos suicidas’. ¿Y quién mejor te puede prevenir de un suicidio? Pues un presunto suicida, o persona que ha intentado suicidarse con el fin de dejar de sufrir por algo, o por las consecuencias de algo, como puede ser una ruptura matrimonial, o una enfermedad… ¡O qué se yo! Cosas que te demuestran que todo es impermanente, es decir, que todo puede cambiar, cosa que sabemos, pero no somos consciente de ello. Y sabemos que no solo puede cambiar, sino que a veces cambia a diario, y si no estás preparado para ello, puede saltarte el clic en tu cerebro, ¡y adiós muy buenas! Entonces, o buscas ayuda, o estás perdido, pues puedes entrar en un bucle, que de él al precipicio hay apenas un paso. Por eso lo recomiendo. Por lo didáctico que es, lo cual es normal, pues está escrito por dos presuntos suicidas.

Lo lees, y a la vez, lo ves

Y en cuanto al segundo libro leído, es El fondo del puerto, de Joseph Mitchell, posiblemente unos de los grandes reporteros de Estados Unidos de entre las dos guerras mundiales, siempre publicando sus reportajes en el The New Yorker.

Se trata de un libro en el que reúne a cuatro de los reportajes que publicó entre 1940 y 1950. El titulado El viejo Hotel gira en torno al mercado de pescado y sus personajes; entre ellos, Sloppy Louis, de ascendencia italiana, dueño de uno de los restaurantes de aquella zona a orillas del río Hudson. Otro trata sobre las ratas que pululan por el puerto y la ciudad de Nueva York –ratas que llegan en barcos, desde cualquier lugar del mundo, pero especialmente del norte de África, que saben cómo escabullirse de los controles que el Servicio de Salud Pública de Estados Unidos aplica a los buques en que van embarcadas tras ser detectados como infecciosos–, cómo llegan a tierra, cómo se defienden, cómo son sus madrigueras, dónde suelen estar estas… ¡Espectacular relato! Que uno, al leerlo, se pregunta cómo lo ha logrado, a quién ha consultado, qué tiempo ha tardado en hacer este reportaje, o… ¿Acaso Mitchell ha bajado a las entrañas de la ciudad a ver esas madrigueras? ¿Ha tenido alguna rata enfurecida, como las que describe, frente a sí, enseñándole las uñas y los dientes? Porque está claro que en un día, ni en siete, ni en puede que más, se hace… Sí, de acuerdo, The New Yorker no es un diario, es un semanario... Queremos decir que el margen de tiempo que tiene el periodista en un semanario para escribir el reportaje es superior al del periodista del diario. Pero es que en una semana no haces un reportaje de estas características, y más con la cantidad de datos que da, no solo de las ratas, o del mercado de pescado, o de la tumba del señor Hunter, otro de los personajes del relato, sino de los distintos protagonistas, con mayor o menor papel, que van apareciendo; de cómo son, de sus orígenes, de por qué sus antepasados dejaron su Sicilia natal para venirse a América, de cómo sobrevivieron y se adaptaron a un nuevo país completamente desconocido para ellos… O de cómo son los lugares en que se producen estas historias, o cómo son sus casas, sus tejados… Por eso, también os recomiendo que lo leáis. Os asombrará la capacidad que tiene este hombre para contar una historia sobre alguien, o algo, y todo cuanto la rodea. Igualmente, os asombrará la forma en la que escribe, la riqueza de su vocabulario, sus puntos de vista sobre algo concreto, lo cual hace, en determinados momentos, que más que leer, lo estéis viviendo.

Y ahora, ¡a seguir!

También por la gripe no pude asistir a la entrega de la medalla de oro del Círculo de Bellas Artes al galerista Pep Pinya, galardón, por otra parte, más que merecido.

La gala, por las referencias que he tenido, fue un éxito.

Ahora bien, repasando la lista de los asistentes, echo a faltar galeristas y personas vinculadas al mundo de la política y de la vida social que hace años tuvieron bastante relación con él. Bueno, ellos se lo perdieron. Aparte de que su ausencia no influyó para nada de lo que aconteció en el gran comedor de Molí des Comte.

Por ello, al día siguiente, llamamos a Pedro J. Lorente, presidente del Círculo de Bellas Artes, para felicitarle. «Si la exposición que montasteis en el Centro de Historia y Cultura Militar fue un éxito, con lo de la medalla a Pinya os habéis superado».

Pero si bueno es lo hecho por el Círculo desde que la directiva que preside Lorente está al frente,    a lo que hemos de sumar también la presentación del libro, Nazaret, una isla dentro de Mallorca, por su autor José J. Méndez, en fechas no muy lejanas todavía, bueno es también lo que tiene previsto presentar en un futuro inmediato, con una convocatoria y dos actos. La convocatoria es la del Premio a nivel internacional de Literatura, tanto en poesía como en prosa, «sea cual fuere el idioma en que esté escrito, porque por esta cuestión no va a haber ningún problema a la hora de inscribir los trabajos», afirma Lorente. Y en cuanto a los actos, que, como hemos dicho, son dos, uno es un Cinefórum, uno por mes, y el otro un ciclo de conferencias sobre el Arte en general, seguido de coloquio y/o debates; ambos, que ni a propósito para los meses de frío que se nos avecinan, en los que si el cuerpo necesita calor, la mente está despejada y abierta.

Pues lo dicho, que el Círculo de Bellas Artes va por el buen camino organizando eventos culturales que son de interés general.

...y grandes formatos

l Y hablando de pinturas y esculturas, Luis Maraver, el próximo 1 de diciembre, en lo que fuera Galería Altair, sita en Sant Jaume, 15, de Palma, presentará una colección de grandes formatos, incluida la pirámide de 4'50 metros por 3'43. Se trata de obras pintadas hace más de 25 años, en comunión con obras actuales.

A ello añadamos esculturas, telas de paisajes y papeles con dibujos y acuarelas realizadas en los viajes.

Pues no vemos en Altair.