Salvador Maimó, presidente de la A.V. de es Fortí, lamentó la suciedad que hay en sa Riera antes de llegar al puente, así como la diferencia con el tramo que va al mar. | Click

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Antes de las Navidades os mostramos en esta página el estado de suciedad en el que se encuentra el cauce de sa Riera desde el puente de las Avenidas hacia el parque. No solo hay hierbajos que crecen a discreción a lo largo de él, sino que entre estos nos encontramos basuras, colchones, tablas, trozos de tejado y ropa, entre otros desperdicios, que además están muy a la vista.

Como decimos, hace unas semanas explicamos el estado de esa parte de sa Riera. A día de hoy, decir ‘a quién corresponda' que no los ha retirado, sino que ahí siguen como si fueran rosas en un jardín.
Naturalmente –porque todo se tiene que decir–, parte de la culpa de que esas basuras estén ahí es de los ciudadanos por no haber utilizado los recursos que Emaya pone a nuestra disposición para retirarlos. «Aunque si esta parte de sa Riera estuviera como la de más adelante, con árboles, limpia y con jardineros cuidándola, a lo mejor los que tiran basura no lo harían», denuncia Salvador Maimó, presidente de la Asociación de Vecinos de es Fortí.

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Hemos citado a Maimó en el lugar para que lo viera y para que nos diera su opinión: «A decir verdad, es algo que los que vivimos en es Fortí no entendemos muy bien. Me refiero a por qué desde el puente hasta la desembocadura hay plantas y árboles y, además, reina la limpieza. En cambio, aquí sucede todo lo contrario. ¿Acaso esta zona no es Palma? Entonces, ¿por qué esta diferencia?».

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Son preguntas que se hace observando el panorama desde el puente que limita las dos zonas, y luego recorriendo esa otra parte, hasta poco más o menos donde está el velódromo del Tirador. «Es una lucha que estamos manteniendo con Cort desde el gobierno de Antoni Noguera y José Hila. No solo por la discriminación que estamos sufriendo por como está sa Riera en esta parte, sino también por el velódromo, aunque no sea zona nuestra. Como ciudadano creo que puedo decirlo, me refiero a las carencias que hay en el Parc del Canòdrom, con esculturas pintadas, accesos complicados para quiénes tienen problemas de movilidad… Tampoco nadie entiende cómo en esa parte no hay un símbolo, sea en escultura, sea en retablo, de los que durante muchos años fueron sus principales protagonistas: los galgos. O que no se recuerde con una placa que el canal que hay en el lateral que da a la plaza de los juegos infantiles –en según qué tramos bastante deteriorado– fue construido por los árabes. Además, los artesanos de la época solían teñir la ropa… Y es que es una pena que se olvide parte de nuestra historia».

El Tirador, ¡que pena!

Porque hablando de historia, si hay un monumento histórico en cuanto al deporte se refiere, es el velódromo del Tirador. «Por él corrieron los mejores ciclistas del mundo, entre ellos nuestro campeonísimo Guillermo Timoner –recuerda Salvador–. Era tal la fama y el prestigio que tenía este velódromo en cualquier lugar del planeta aficionado al ciclismo, que todas sus figuras no querían retirarse sin haber corrido en él. Sin embargo, ahí está –señala, con cierta tristeza–, el edificio a punto de ser semicubierto por una de las ramas de un gigantesco pino que crece en el alcorque de la acera que lo limita. Una pena y a la vez una vergüenza».

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A principios de la legislatura de Noguera «propusimos reconvertir el velódromo y nos referimos al edificio, obra de Gaspar Bennazar, como el resto de instalaciones, en un casal de barri abierto a todos los palmesanos, pero nos comunicaron que Cort tenía otros planes: convertir el canódromo en un parque con muchos árboles y reformar el velódromo. Eso sucedía en 2017. Hoy, siete años después, no vemos ningún bosque de árboles en lo que fue canódromo y el velódromo… ¡Pues así está! Peor que hace siete años. Un lugar, ya digo, histórico, convertido durante largo tiempo en hogar de okupas y hoy… Pues ya veis como está, abandonado, deteriorándose más cada día, sin que los que vivimos aquí, y lo vemos a diario, nos podamos explicar por qué no lo recuperan. Primero, por el edificio en sí y lo que representa, y segundo porque se podría destinar a cubrir necesidades del barrio como, por ejemplo, ese casal que todos queremos y que estaría abierto a todos lo palmesanos», explica Maimó. El presidente de la asociación de vecinos también pide soluciones: «Esperemos que el actual Ajuntament tome cartas en el asunto y haga lo posible por devolver la dignidad que merece este lugar, sobre todo por lo que ha significado en el deporte del ciclismo a lo largo de décadas, y por el partido que se podría sacar de él en el aspecto social». Pues ahí queda: Cort decidirá el futuro del Tirador y el de sa Riera antes del puente. Y los vecinos de uno y otro confían en la mejora y recuperación de ambos.