Cultura y gastronomía se unen en esta sabrosa cita en las Bodegas José L. Ferrer, en Binissalem. | Miquel Torres Mateutorresmateu
Preparen sus baberos y desháganse de sus complejos: los calçots se disfrutan sin decoro ni vergüenza. La temporada del calçot se acerca a su fin y es que en mayo, estas cebollas tiernas, blancas y dulces se vuelven más fibrosas y su planta empieza a florecer. Originales de Valls, municipio tarraconense al que la Unión Europea le otorgó el sello Indicación Geográfica Protegida, los calçots se han expandido a lo largo del siglo XX, hasta llegar a Mallorca. Así, este sábado 16 de enero, las Bodegas José L. Ferrer, de Binissalem, celebran una fiesta muy especial: en Vins i Calçots, el público podrá disfrutar de una clásica calçotada maridada con los vinos más celebrados de la bodega binissalemera.
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