Toni Vives de Espai Xocolat, buque insignia de la música enlatada en Mallorca. | Pilar Pellicer

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Las descargas ilegales y los nuevos hábitos de consumo están acotando el comercio discográfico. Cuesta entender el declive de un imperio sostenido sobre un pilar tan sólido como es, aparentemente, la música. Pese a los embates, el gremio anda lejos de su desintegración. En los últimos años han florecido pequeñas tiendas que sobreviven gracias al encanto que desprende el vinilo, así como el aliento incondicional de un público en esencia maduro. El tiempo dirá si el disco y el cedé tienen cabida en la era virtual, ya sea por rentabilidad o romanticismo. De momento celebramos iniciativas como el Record Store Day, un emprendimiento iniciado en Estados Unidos que busca atraer a melómanos y coleccionistas a comercios especializados y que se celebra hoy, 20 de abril. Desde 2011, cuando se viene celebrando oficialmente en España, este día gana tanto en afluencia de público como en implicación de los sellos discográficos y repercusión en general. Todo suma para fomentar que el consumidor vuelva a sentir el gusanillo de revolver discos y cedés entre las estanterías, al tiempo que se aleja de las despersonalizadas tiendas online, «que muchas veces tienen precios más elevados», apunta Gus Ferradas, copropietario de Mais Vinilo, una coqueta tienda abierta en 2010 que, desde entonces, ha visto cómo iba creciendo el consumo de discos.

Con más de cuatro décadas a sus espaldas, Espai Xocolat ha sido testigo del auge, la crisis y el renovado interés por el vinilo. Siempre es un buen plan pasar una tarde rebuscando en sus pasillos escuchando las recomendaciones de Toni Vives, responsable del comercio. Le preguntamos si su sector ha sabido adaptarse a un mercado cambiante donde las plataformas digitales ganan terreno. «Evidentemente es un ejercicio de supervivencia, pero llevamos 44 años vendiendo discos y nos hemos sabido adaptar a todas las épocas».

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Gus Ferradas, copropietario de Mais Vinilo.

En opinión de Ferradas, «ahora se están abriendo más tiendas, pero siempre hubo público para el formato vinilo, que vuelve a estar de moda». Lejos de focalizarse en un segmento sibarita y minoritario, aunque fiel, el retrato robot del comprador del formato físico responde a «una generación muy joven, compradora de cedé, aunque naturalmente tenemos muchos clientes que han crecido con nosotros, mayoritariamente público masculino de cuarenta a cincuenta años», explica Vives. Coincide su homólogo: «Viene mucha gente de 40-45 años en adelante que hace muchos años que compra discos; si bien es cierto que cada vez hay más gente joven y mujeres», agregan desde Mais Vinilo.

Preguntamos a los encuestados por el futuro del sector a medio-largo plazo, «en nuestro caso siempre nos hemos sabido reinventar. El futuro lo veo muy similar al momento actual», expresa el responsable de Espai Xocolat. «Si estás especializado creo que puedes aguantar, pero esto pasa en todo el pequeño comercio. De cara al futuro creo que la gente se acomodara a la compra online, para sobrevivir tendrá que haber un activismo».