La razón por la que tantos pacientes fueron tratados con antibióticos fue «por si acaso» servían de ayuda. El uso de antibióticos osciló entre el 33 por ciento de los pacientes de la Región del Pacífico Occidental y el 83 por ciento de los de las Regiones del Mediterráneo Oriental y África. Entre 2020 y 2022, las prescripciones disminuyeron con el tiempo en Europa y América, mientras que aumentaron en África.
La mayor tasa de uso de antibióticos se observó entre los pacientes con COVID-19 grave o crítico, con una media mundial del 81 por ciento. En los casos leves o moderados, había una variación considerable entre regiones, con el mayor uso en la Región de África (79%). La OMS clasifica los antibióticos según la clasificación 'AWaRe' (Acceso, Vigilancia, Reserva), en función del riesgo de RAM. Resulta preocupante que, según el estudio, los antibióticos 'de vigilancia', con mayor potencial de resistencia, sean los más recetados en todo el mundo.
«Cuando un paciente necesita antibióticos, los beneficios suelen superar los riesgos asociados a los efectos secundarios o a la resistencia a los antibióticos. Sin embargo, cuando son innecesarios, no ofrecen ningún beneficio y plantean riesgos, y su uso contribuye a la aparición y propagación de la resistencia a los antimicrobianos», ha señalado la doctora Silvia Bertagnolio, jefa de la Unidad de Vigilancia, Pruebas y Fortalecimiento de los Laboratorios de la División de RAM de la OMS. «Estos datos exigen mejoras en el uso racional de los antibióticos para minimizar las consecuencias negativas innecesarias para los pacientes y las poblaciones», ha señalado.
En general, el uso de antibióticos no mejoró los resultados clínicos de los pacientes con COVID-19. Por el contrario, podría perjudicar a las personas sin infección bacteriana, en comparación con las que no recibieron antibióticos. Esto subraya la urgente necesidad de mejorar el uso racional de los antibióticos para minimizar las consecuencias negativas innecesarias tanto para los pacientes como para las poblaciones. Una síntesis y evaluación sistemática de la evidencia complementará este trabajo para informar las próximas recomendaciones de la OMS sobre el uso de antibióticos en pacientes con COVID-19, como parte de las directrices para el manejo clínico de la enfermedad.
Estos hallazgos se basan en datos de la Plataforma Clínica Mundial de la OMS para la COVID-19, un repositorio de datos clínicos estandarizados a nivel individual y anónimos de pacientes hospitalizados con COVID-19. Se recopilaron datos de unos 450.000 pacientes ingresados en hospitales por COVID-19 en 65 países durante un periodo de 3 años entre enero de 2020 y marzo de 2023. Los hallazgos se presentan en un póster científico de la OMS compartido en el Congreso Mundial de la ESCMID, que se celebra en Barcelona del 27 al 30 de abril.
«Estos resultados subrayan la importante necesidad de dotar de recursos suficientes los esfuerzos para mejorar la prescripción de antibióticos a nivel mundial, y son particularmente relevantes para debatir antes de la próxima Reunión de Alto Nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la RAM que tendrá lugar en septiembre», ha dicho la doctora Yukiko Nakatani, subdirectora general de la OMS para la RAM. La Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la RAM reunirá a líderes mundiales para comprometerse a mitigar la RAM en los sectores de la salud humana, la sanidad animal, la agroalimentación y el medio ambiente, y promover el liderazgo político, la financiación y las medidas para frenar la aparición y propagación de la RAM.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.