Las motos rugen en Palma. | Emilio Queirolo

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Rugían los motores este domingo por la mañana en la avenida Jaume III de Palma, donde centenares de moteros se congregaron para participar en la concentración motera Motorock FM, que celebró este año su vigésimo octava edición bajo el lema 'La concentración con más Rock del planeta'. Con esta premisa, no podía faltar ni el rock&roll ni las motos, y de ambos hubo a raudales.

A partir de las diez de la mañana, los moteros se fueron concentrando con sus vehículos frente al Corte Inglés, donde disfrutaron de la animación del Circo Stromboli, cuyos artistas se ataviaron para la ocasión como verdaderas estrellas de rock. A las once, los participantes arrancaron motores y se pusieron en ruta hacia Esporles, para después continuar el recorrido pasando por Puigpunyent, Galilea, Es Capdellà, Calvià y Coll de Sa Creu hasta regresar a Palma, concretamente al Hard Rock Café del Pg. Marítim de Palma, donde se puso fin al encuentro con un concierto de One Man Rocks.

«Hace 25 años que participo en cada edición. Vengo desde que tengo uso de razón», señala Cristina Mudoy, ataviada con una camiseta de Guns 'n' Roses junto a su Kawasaki de 750 cc. Viene con sus amigas María del Mar Comas, quien viene de acompañante de su marido a lomos de una BMW, y Cati Suau, quien conduce una Triumph. «Somos moteras de cuna, de toda la vida. Solemos participar en todo tipo de encuentros moteros y nos solemos juntar para rodar en grupo. Lo que más nos gusta de este mundillo es el ambiente, el compañerismo. Somos como una pequeañ familia», aseguran. «Seguiré participando hasta que tenga que venir en taca-taca», ironiza Cristina.

Las motos han tomado Jaume III
Las motos han tomado Jaume III.

Por su parte, Alberto Rebassa, dueño de una Kawasaki Vulcan, participa este año por sexta vez. «Soy miembro del Vulcans Owners Club Spain (VOCS) Mallorca, y vengo con otros socios de este club motero», explica. «De este encuentro, me encanta ver a muchos compañeros con diferentes estilos de motos y el ambiente motero que se crea al participar todos juntos. Lo que me engancha de la moto es eso: los compañeros, la hermandad y tener una excusa para desconectar del trabajo y pasarlo bien en compañía», destaca Alberto, uniformado junto a sus acompañantes con chaleco de cuero, gafas de sol y pañuelo rojo, como marcan los cánones moteros.