La jueza Mary Marlowe Sommer determinó que la Fiscalía era «altamente culpable» por no haber proporcionado el descubrimiento de unas municiones que podrían servir como evidencia a favor de la defensa y que la única forma de reparar el error era la desestimación del caso. El sobreseimiento fue con prejuicio, por lo que la sentencia no se podrá recurrir ni Baldwin podrá volver a ser juzgado por el caso.
Al escuchar la decisión, el actor rompió en llanto, al igual que su esposa, Hilaria Baldwin, y una vez concluida la sesión fue reconfortado por su mujer y sus hermanos Stephen y Beth, quienes lo acompañaron durante toda la semana. El actor salió de la corte de Santa Fe acompañado de su familia y sin dar declaraciones a la prensa, que lo esperaba a la salida. Baldwin afrontaba hasta 18 meses en prisión en caso de ser declarado culpable de homicidio involuntario por la muerte de Hutchins en el set de rodaje en octubre de 2021.
Mientras ensayaba una escena del filme, del revólver Colt 45 que sostenía, y que formaba parte del atrezzo (utilería) del filme, salió disparada una munición real que mató a la directora de fotografía de la película. Las municiones reales, un examen a prueba de bala A la salida de la corte, la fiscal Kari Morrissey dijo que respetaba la decisión, pero que no estaba de acuerdo con el veredicto.
Minutos antes, Morrisey había tomado la posición de testigo en el estrado, una táctica que sorprendió a los presentes, para atestar sobre por qué la evidencia que el equipo legal de Baldwin reclamaba no había sido tomada en cuenta como prueba del caso. El abogado de Baldwin, Alex Spiro, alegó que un «buen samaritano» de nombre Troy Teske llevó a las autoridades el pasado marzo «una colección de municiones reales» que fueron clasificadas con un número de caso diferente, impidiendo así el acceso a una «prueba crítica».
En el estrado, la fiscal aseguró que había tomado la decisión de no tomar en cuenta dichas municiones porque después de ver una foto determinó que «no se parecían» a las que habían sido recuperadas en el set y porque tenía conocimiento de que estas no habían salido del estado de Arizona. Las municiones provistas por Teske fueron llevadas a la sala del tribunal y ahí se concluyó que, en efecto, eran parecidas a las que habían sido encontradas en el set.
Morrisey dijo que no las había visto hasta hoy, mientras Luke Nikas, otro abogado de la defensa, acusó a la fiscalía de «enterrar» las pruebas. En sus argumentos iniciales, la defensa sostuvo que el Estado había centrado su investigación en inculpar a Baldwin antes de señalar a posibles culpables como el proveedor o la maestra de utilería de la producción. Otro momento crítico de la intensa sesión ocurrió sin la presencia del jurado, fue cuando Spiro preguntó a Morrisey si la fiscal especial Erlinda Johnson había renunciado al caso después de que se presentara la moción de la defensa o cuando la cuestionó sobre su disgusto sobre Baldwin.
«A usted no le cae muy bien el señor Baldwin, ¿verdad?», espetó Spiro, tras lo cual la fiscal negó con la cabeza. La armera del filme, Hannah Gutierrez-Reed, encargada de cargar la pistola que terminó con la vida de Hutchins, fue declarada culpable en marzo y sentenciada a 18 meses de prisión, mientras que el ayudante de dirección, David Halls, aceptó un cargo de un delito menor en un acuerdo con la Fiscalía.
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