El flat croissant es un cruasán aplastado y, por lo habitual, bañado en algún tipo de chocolate o similar. | R.D.

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Tras el New York Roll y el cronut, llega a la Isla el flat croissant, un cruasán aplastado y, por lo habitual, bañado en chocolate. Esta nueva elaboración del clásico dulce parisino importada de California,  se ha expandido por todo el mundo con la fuerza de las redes sociales; TikTok ya ha demostrado que no conoce límites geográficos en materia de viralidad.

La medialuna prolifera por las calles de Ciutat. Ya son varias los hornos que se han unido a la producción de este novedoso y atípico dulce. Entre ellas, la pastelería Ángel, ubicada en la calle Pascual Ribot, 45, y la cafetería Santagloria, con varios locales en Mallorca. Incluso, esta última comercializa ya la flat ensaimada, la versión aplastada del típico postre mallorquín. El repostero Ángel Cortés introdujo el cruasán plano hace pocas semanas y afirma que el producto está logrando una buena aceptación entre el público más joven.

El repostero Ángel Cortés.
Noelia Gómez y Aida Ndiaye.

Por otro lado, en la pastelería Maison Legrix, pionera en el Palma Roll, se muestra reticente a esta moda. Para su encargado, Paul Legrix, el flat croissant no tiene «nada especial». Además, el francés augura un corto futuro a este postre hojaldrado. Sin embargo, su ya clásico New York Roll, que han reinventado a base de rellenos dulces y salados, continúa siendo un éxito de ventas. Maison Legrix, que llegó a Palma hace tres años, cuenta con un legado pastelero que en 2025 cumplirá el centenario, desde la apertura de su primer local en el año 1925 en el país galo.

En el proceso de cocinado, con el cruasán ya formado, se aplasta la masa de hojaldre antes de meterla en el horno. De esta manera, se evita que el bollo adquiera volumen y sea, en efecto, un flat croissant. Su origen se halla en Alexander´s Patisserie, donde surgió por accidente al mezclar una palmera de hojaldre con un croissant. El chef de la pastelería ubicada en California, Shue Chao, afirmó para la revista Eater, que se inspiró en el formato de los cruasanes planos de Corea.