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Por cierto, abundado en lo que comentamos el lunes, sobre la acampada en tiendas de campaña de sin techo entre el parque Pocoyó y el Palau de Congressos, pasando por los alrededores del edificio GESA –¿futuro museo de arte contemporáneo?–, se nos ocurre preguntar si esas ocupaciones de terrenos públicos pueden ser equiparables a las okupaciones de domicilios y otros edificios… Vamos, que si quiénes ocupan dichos espacios han de recibir el mismo trato que los okupas, o sea, que su expulsión del lugar depende de una sentencia judicial, o si la autoridad competente los puede echar, sin más, de ese lugar ocupado por sus tiendas de campaña.

La valla y el okupa

Por otra parte, y siguiendo con los okupas, nos cuentan que el solar okupado de la calle Manacor número 44 sigue okupado pese a que hay una sentencia que obliga a la persona que allí se encuentra a que lo desokupe y a la propiedad que lo valle debidamente a fin de que no vuelva a ser okupado. Y lo peor, nos cuenta nuestro confidente, el vecino, que en los fines de semana siguen las torradas en él, con el correspondiente desprendimiento de humos y de olores, y animadas con música, lo cual perturba la tranquilidad del lugar.

PALMA. OKUPAS. Jesús Molina, vecino del solar okupado, se considera un ciudadano «que vela por lo que creo que son mis derecho
Manacor, Nº 44. Lo que nadie entiende es que si el dueño no valla el lugar, el Ajuntament no le obligue a hacerlo.

Porque las cosas siguen igual en ese solar. Extraña que si la propiedad del solar no aparece para vallarlo, no lo valle el Ajuntament y luego localice al propietario y le presente la factura de los gastos originados por el cerramiento. Y extraña también, porque no es de recibo que ese solar siga como está, rodeado por una cochambrosa valla, por la que entra y sale el okupa y sus amigos –estos, si encuentran la puerta cerrada, se hacen un hueco por donde sea y entran– cuando les viene en gana.

Saber defenderse

Si hace tres semanas nos sorprendió muy gratamente ver la cantidad de mujeres que asistieron al master sobre halterofilia, que presentó Lydia Valentín, campeona del Mundo y de Europa, además de medallista en las Olimpiadas de Londres (oro), Pekín (plata) y Río (bronce), nos sucedió lo mismo, días atrás, cuando, también en el Mega, nos encontramos con que en los espacios habilitados al boxeo, también había tantas o más mujeres que hombres entrenando. Mujeres de todas las edades. Y algunas entrenando duro.

Y es que, tal y como están los tiempos, la mujer no solo ha de sentirse empoderada, sino que también ha de saber defenderse, puesto que más de una, saliendo de madrugada de la discoteca, puede que haya tenido la experiencia de encontrase con alguno que trataba de sobrepasarse, o para ir más directo al grano, abusar de ella... Y quién dice de madrugada saliendo de un lugar de diversión, dice de cualquier lugar y a cualquier hora. Y por lo que cuentan, llegado ese momento, lo de menos es soltarle un guantazo al tipo que intenta acosarla, sino que lo que vale en un momento como ese, es saber que puedes defenderte, que puedes controlar la situación, y que si el otro sigue poniéndose cada vez más pesado, que no entra en razones… Pues te lo quitas de encima y ahí se acaba el problema».
«Pero lo suyo no es llegar nunca a las manos, sino hacerte respetar –nos dice Juanito García responsable del área de boxeo del Mega–. Y una mujer que practica boxeo, y que gracias a ello gana en confianza, sí se hace respetar. Por eso vienen tantas al gimnasio. Primero, para ponerse en forma y segundo para saber defenderse si alguien pretende algo por lo que ella no está dispuesta a pasar»..

Boxeo, kick boxing y grappling

Carmen Canals lleva practicado el boxeo alrededor de 9 años. «No combato, ni aspiro a ganar ningún campeonato, sino que solo entreno para estar en forma y segura de mi misma, y lo hago a base de mucho cardio, pesas y sparring. Y mucha disciplina. ¡Ah! y también practico el kick boxing y el grappling, o pelea en el suelo, aplicando llaves con la que inmovilizas al contrario. ¿Que con qué intención…? Pues con la intención de estar en forma, lo que significa tener buena salud, y, naturalmente, si llega el caso, para saber defenderme».

Carmen Canals durante un entrenamiento.

A Carmen se la ve muy bien, muy ágil, golpeando el saco con mucha técnica, lo cual no todo el mundo puede, y más si es golpearlo sin parar, con fuerza, sin perder el equilibrio, esquivándolo, pues está vivo; sí, a más golpes que recibe, más se mueve, más peligroso se hace. ¿Que es fácil? Pues inténtalo. Propínale diez o doce golpes seguidos, con contundencia… ¿A ver hasta dónde llegas? ¿O en que estado quedan tus muñecas? ¿O cómo quedas tú, y más si el saco te golpea a tí…?

No dice a que se dedica, aunque su trabajo la obliga a llevar un uniforme y está relacionado con la seguridad. Por eso, como conoce hasta que punto una persona puede quedar en desventaja frente a otra, u otras, es por lo que anima a practicar este deporte. «Al boxeo se lo recomiendo a las mujeres. Y es que es necesario, ¿sabes? Sobre todo cuando has de enfrentarte a determinadas situaciones… Es decir, si por lo que fuera te encuentras con alguien que pretende atacarte, gracias al boxeo tu sabrás plantarle cara y defenderte».