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La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (Seicap) ha reclamado este martes un protocolo común de actuación y prevención de alergias en los colegios, que ya afectan a uno de cada cuatro alumnos, unos 2 millones de niños en total.

Cada año, la cifra de alergias entre los alumnos aumenta un 2 %, por eso esta sociedad científica cree que es necesario garantizar la seguridad de los niños con enfermedades alérgicas, asma o inmunodeficiencias primarias (IDP), sobre todo para los casos más graves, en los que un descuido o accidente pueden resultar mortales.

La anafilaxia, según han advertido los pediatras alergólogos en una nota, es la reacción más grave que puede producirse en un niño con alergia. Una de cada cinco pueden desencadenarse en el ámbito escolar, por lo que los expertos consideran que un protocolo de actuación común en los centros y mayor formación entre profesorado y personal podría evitar muchas de estas reacciones por no actuar a tiempo. Ceras, tizas, pasta para modelar y pegamentos y otros materiales contienen, con mucha frecuencia, gluten, frutos secos, soja o proteína de la leche.

El contacto, la inhalación o la ingestión accidental de estos productos hace peligrar la seguridad y la vida de los niños con estas enfermedades. Por eso, la Seicap recomienda buscar alternativas y reemplazar los materiales por otros y que el profesorado repase el listado de objetos que pueden contener estos ingredientes, pero nunca discriminar al alumno debido a su alergia. Aunque cada vez son más las campañas que reclaman la presencia de dos autoinyectores de adrenalina en los botiquines de los colegios para casos de emergencia, no es habitual que los centros escolares los tengan, denuncia.

De ahí que sea clave que los niños lo lleven consigo para entregárselo al tutor o responsable y que las familias estén pendientes de su identificación, conservación y caducidad. La familia siempre debe comunicar al centro escolar la última actualización del informe médico, ya que los cambios de peso que pueden ocurrir en vacaciones hacen que, a menudo, sea necesario modificar la dosis de la medicación, a lo que hay que sumarle que el niño puede manifestar nuevas alergias durante el verano. Además, la Seicap aconseja extremar las precauciones con los menores que hayan desarrollado una alergia alimentaria recientemente y este año acuden por primera vez al comedor escolar; en este sentido, recomienda tener una reunión con el tutor para informarle.