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Una de las novedades más sorprendentes de la pasada Nit de l’Art fueron los tatuajes que una trentena de personas se hicieron al visitar la exposición del pintor Carlos Prieto. Los interesados pudieron elegir entre dos opciones: por un lado, inscribir en su piel la firma el artista, Prieto, o la frase la frase fetiche del artista mallorquín, D’amore si vive. Esta última se impuso en número al apellido del creador. ¿Cuales fueron los lugares elegidos para albergar para siempre estas creaciones? Los hombres, generalmente, optaron por el brazo, mientras que ellas eligieron, además del brazo, el pecho, e incluso algunas decidieron albergarlo a escasos centímetros de la ingle. Una de ellas, en concreto, optó por tatuarse las dos opciones.

El procedimiento que se llevó a cabo fue el siguiente: Carlos Prieto con un rotulador especial escribía su firma o la frase D’amore si vive en el lugar en el que la persona a tatuarse le indicaba. A continuación, esta se tumbaba en una camilla debidamente iluminada y dejaba que el tatuador, Alejandro Unsúa Ibáñez, del estudio de tatto FVCKINK, hiciera su trabajo. Cada trabajo no duró más de seis o siete minutos siguiendo la técnica free hand.

Después de que Carlos hubiera inscrito manualmente una de las dos opciones, Insúa lo selló para siempre. A continuación, el tatuador aplicó la crema correspondiente y recomendó a la persona que repitiera esta acción tres o cuatro veces durante los próximos dos días, a fin de que el tatuaje quedara fijado per in secula seculorum.

El lugar en qué se hicieron los tatuajes fue en la zona baja de la vivienda-estudio de Prieto, donde instalaron la camilla y el foco. Las sesiones fueron seguidas por quiénes quisieron, que no fueron pocos. A las once de la noche, por respeto a los vecinos, se puso punto y final a la sesión. Cinco personas quedaron sin tatuarse.

Una idea a flor de piel

Carlos Prieto confesó el pasado sábado durante la sesión que esta idea le había llegado gracias a gente amiga como conocidos y clientes quiénes en ocasiones anteriores le habían pedido que estampara su firma artística en el bolso de mano, en el cuello de la camisa o en cualquier otro lugar.

Al margen de los tatuajes, Carlos presentó dos novedades más: vídeos de algunos de sus cuadros y dibujos, tratados con Inteligencia Artificial, a los que dio movimiento y una colección de dibujos realizados con la técnica cyanotypia, a base de acetatos y un revelado a plena luz del sol. La cyanotypia es un procedimiento fotográfico monocromático que consigue una copia negativa del original en un color azul cián. Esta modalidad volvió a ponerse de moda recientemente y utiliza una emulsión que revela las imágenes sobre cualquier soporte absorbente.