Neus Llull del Forn Fondo de Palma posa junto a varios tipos de galletas de Halloween. | Amalia Estabén

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La noche del 31 de octubre al uno de noviembre hay que prepararse ante cualquier sorpresa que nos den al caer el sol. Con toda seguridad serán nuestros vecinos más próximos o los más pequeños de la familia que tras contestar al timbre exijan el conocido ‘truco o trato’. Tras la identificación y demostrando cierto estupor, conviene obsequiar a los visitantes que, disfrazados de las más variedades pintas terroríficas, regalarán estremecedores aullidos o rodeos de lo más inquietante.

Ya se sabe que a los pequeños les gustan mucho las chuches, de todo modelo y sabor, pero también tienen buen paladar y saben elegir muy bien, por lo que las confiterías han creado para este día de Halloween, especialidades en chocolate y galletas, con formas adaptadas al espíritu de este día.

En la bombonería Leónidas, Lorena Cuesta explicó que «para esta ocasión hemos hecho toda una serie de golosinas en chocolate, la especialidad de la casa, consistente en setas de chocolate decoradas, calabazas de chocolate blanco y negro con cobertura color naranja que se pueden rellenar. Todo para ser regalado. También hemos hecho calabazas pequeñas elaboradas a base de mazapán y las bolitas de Halloween de chocolate rellenas de praliné de avellana y de Peta Zeta».

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«Para todos en general», prosigue Cuesta «hemos creado cajitas personalizadas con dibujos de esta fiesta, que representan una casita con fantasmas, murciélagos y calabazas, con barritas y piruletas de chocolate. Todo un mundo de cacao ideado expresamente para esta fiesta»

En el Forn Fondo de Palma, Neus Llull recrea unas exquisitas galletas decoradas con fondant de calaveras, fantasmas, murciélagos, Frankestein y brujas que se venden a 3,95 euros la unidad. A éstas se suman piruletas de calabazas y calaveras de masa de nube.

El origen de esta fiesta se remonta hace 2.000 años en el Reino Unido cuando el pueblo celta celebraba el festival pagano llamado Samhai el uno de noviembre, para conmemorar el inicio del invierno y la creencia de que esta noche, los espíritus de los muertos regresaban al mundo de los mortales. Por tal motivo, se disfrazaban, ponían máscaras y encendían fuegos para ahuyentar a los espíritus.

La fábrica de sueños de Hollywood ha conseguido crear desde hace un siglo terroríficas películas gracias a cuyos personajes se ha construido la identidad Halloween como la conocemos hoy en día.