Encarna Ballesteros Arenas es estilista. Tiene peluquería propia en la calle Emili Darder Batle desde hace 9 años, más la que tuvo durante 16 en la calle anterior a esta. Vamos, que se conoce la zona como la palma de su mano, y la zona a ella, de ahí que su clientela sea fija y numerosa. Pero a Encarna no la traemos aquí hoy por sus cualidades como estilista, que las tiene, sino por su creatividad. Y también por la de su equipo formado por Ana, Ely y Carmen, que la apoyan en todo momento.
¿Y qué creatividad nos referimos? Pues a la de decorar la peluquería de acuerdo a las fechas más señaladas, como recientemente ha hecho en el pasado Halloween, o como hizo en los Sanfermines, o en el Rocío, o en la Feria de Abril… Y como hará en la próxima Navidad, que está ya a la vuela de la esquina, y semanas más tarde por Sant Antoni y Sant Sebastià. ¿Que por qué lo hace…¿Por qué decora la peluquería de acuerdo a fechas marcadas en el calendario? Primero, para dar rienda suelta a la creatividad, y aquí incluimos también del personal, segundo, porque sabe que le gusta a su clientela, y tercero, porque haciendo lo que hace, hace barrio.
Una peli que mola
Pero, es que, además de eso, ahora da un paso más. Se fija en lo que mola, en lo que llama la atención, y va, y lo hace también. Y lo que mola, según ella, sobre todo en el mundo infantil del que ningún padre escapa, es la película Inside out, muy atractiva, divertida y llena de mensajes, con un grupo de personajes que representan la Tristeza, Vergüenza, Ira, Ansiedad, Envidia, Miedo, Asco y Alegría, y que ella los hace realidad palpable, en forma de muñecos que construye a base de crochet, que no es más que el antiguo ganchillo, «el que utilizaban nuestras abuelas, y que yo he aprendido gracias a una señora mayor que conozco».
Y hace los muñecos fuera de las horas del trabajo, robándole tiempo al tiempo libre, pero como le gusta, y sabe, además, que gusta, pues … «De los nueve muñecos -dice-ya he hecho cinco, a uno por semana: Tristeza, Vergüenza, Ira, Ansiedad y Envidia, y los otros cuatro pienso tenerlos dentro de un mes. Son, como se puede apreciar -nos los alinea sobre una mesa, para que los veamos bien-, muy bonitos y… Pues que no me extraña que hagan las delicias a los niños, aparte de que son muy decorativos».
Observamos en un lugar de la peluquería, a esas horas del mediodía en plena acción, un Papa Noel. «Me lo ha regalado un cliente, y como la próxima decoración que va a tener este lugar será muy navideña, Papa Nöel -le señala- será un elemento más de ella».
Encarna subraya una vez más, «que aquí, los artistas somos todos», y que en muchas ocasiones «cuando se trata de decorar la peluquería, como ocurrirá ahora, con la llegada de la Navidad, una vez que terminamos el trabajo, nos quedamos todas… Y nos quedaremos par a aportar ideas con que decorarla. Y encima nos lo pasaremos muy bien».
Advertencias
El perro hace lo que dice el amo. Es intuitivo y obediente, y si le dices ¡no! cuando va a hacer algo que no está bien, no lo hace. Costará a veces, por lo que se tendrá que insistir, pero la final su instinto hará que no vuelva a hacer lo que no ha de hacer. Por ejemplo, mear en la fachada ajena, poniéndola perdida y maloliente, todo porque en muchas ocasiones, el dueño, incapaz de educar a su perro en cosas tan simples como esa, no lleva, cuando lo saca a que de una vuelta, una botella con agua para verterla donde ha orinado. O ni siquiera una bolsita de plástico para recoger la defecación que haga, por lo que queda ahí.
Naturalmente, hay vecinos de esas fincas en cuyas paredes mingitan los canes con la anuencia de sus dueños, que como están hasta el gorro de que un día sí, y otro también, pase eso, que dejan carteles a la vista para que los dueños de los perros meones a discreción, se den por aludidos. Carteles como los que encontramos en una calle paralela a lo que fue estadio Luis Sitjar, que lo dejan bien claro: «El animal eres tú, no tu mascota», «La mascota mea en tu casa, no en la nuestra… La fachada no es un meadero» y «La gente sucia se retrata en esta fachada… Si te molesta ,es que tenemos razón». Que la tienen.
Tampoco tiene desperdicio la que encontramos en un establecimiento de la Avenida Argentina: Es un cartel de color blanco, en el que vemos dibujado un perro con carita como de avergonzado, y un escrito: PERMITA a su perro ORINAR… en su fachada, NO en la nuestra. ¡¡GRACIAS!!
Seguro que avisos como estos hay otros en Palma, pero como muestra vayan estos cuatro. ¡Ojo!, no todos los que sacan a pasear al perro deben de sentirse aludidos por esos carteles. No, ya que hay personas que no permiten que sus perros orinen en las fachadas, y si lo hacen sobre la acera, vierten sobre el orín agua que llevan en una botella, y si defecan, lo recogen en una bolsa. Pero los hay que no hace eso, sino todo lo contrario. Pues vaya para estos estas recomendaciones.
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