En Federic Mestral no quedan en buen lugar las intenciones del ‘batle’ Martínez, lo de que «en Palma se vive en viviendas», pues ahí -es evidente- viven como pueden. | Click

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Mucho nos tememos que el alcalde de Palma no se esté arrepintiendo ya de la frase que pronunció la semana pasada: «En Palma se vive en viviendas, no en caravanas». Y se debe de estar arrepintiendo porque no es cierto, solo son palabras, puesto que, además de en autocaravanas, se duerme en la calle, donde pillan los que duermen en ella, bajo un techo ajeno pues carecen de uno propio, o porque el alquiler del mismo no está a su alcance. Por tanto, en Palma –como en cualquier otra ciudad del mundo– no todos tienen la suerte de vivir en viviendas, bajo un techo. Ni siquiera en una autocaravana, como mucho en un coche abandonado. Pasa que a los autocaravanistas, de acuerdo a la ordenanza municipal, se les puede multar, en cambio, al sin techo, como no tiene ni un céntimo en sus bolsillos, la susodicha ordenanza ni siquiera los contempla. Como si no existieran. Pero están ahí, como ya hemos contado muchas veces, como contamos el lunes y como volvemos a contar hoy, molestando a los vecinos –a nadie le gusta tener indigentes al lado, o debajo, de su casa–, causando mala imagen. Pero lo peor es que la cosa no acaba ahí, porque vean…

Mayores y menores

Los vecinos de la calle Frederic Mistral –perpendicular a Nuredduna– han denunciado en repetidas ocasiones a quién corresponda a los sin techo que pasan la noche en los bajos del centro médico, al lado de una parafarmacia y otros dos negocios: un centro de belleza y otro de análisis clínicos. Pero hasta la fecha, da la impresión de que no les han hecho ni caso, puesto que siguen ahí. Llegan avanzada la noche, despliegan mantas y cartones, se tumban, a veces antes hacen sus necesidades allí –necesidades mayores y menores, como queda ilustrado en una de las fotos: una charca de orines junto a la escalera–, de ahí que los vecinos tengan que echar agua con lejía y otros productos para limpiar y desinfectar el suelo, lo cual deja marcas blancas sobre el mismo.

Cuestiones a tener en cuenta

Por eso, planteamos de nuevo la cuestión:

  • Uno: ¿Aplicará el gobierno municipal a este colectivo el mismo formato que piensa aplicar a los autocaravaneros que pernocten en sus autocaravanas por el hecho de que –repetimos: son palabras del batle Martínez– «en Palma se vive en viviendas, no en caravanas», pero en este caso, en la calle? Imaginamos que no, ya que si multas al sin techo, ¿quién paga la multa? Él, desde luego, no. No puede. No tiene ni un céntimo. ¿Entonces…?
  • Dos: Por lo visto van a echar a los sin techo que pernoctan en la entrada de lo que fue galería comercial, en el Edificio Minaco, en plenas Avenidas, una especie de pequeño Manhattan de cartón –cada día son más los que duermen allí–, ya que, según comentan, les han dicho que van a reabrirlas, y como han de hacer obras, deben de irse. ¡Y son un montón! Ellos dicen que de acuerdo, pero, ¿a dónde nos llevan?, preguntan, porque como no les den una respuesta que sea «id a Ca l’Ardiaca», igual se van a vivir con los que pernoctan en Frederic Mistral.

Pues que lo sepan.

El CEB, ya a punto

El pasado fin de semana, miembros de la directiva del Círculo de Escritores de Baleares (CEB) se reunieron en el Bar Mavi –a falta de un local social, las reuniones las han hecho en bares– con el fin de cerrar los trámites que lo convertirán en una entidad social en toda regla.

A dicha reunión asistieron el presidente del Círculo, Carlos Ordinas; el secretario del mismo, Gabriel Carbonell, y Patricia Chinchilla, tesorera, que además tendrá la función de directora ejecutiva, y Carlos Penas, que una vez constituido legalmente el Círculo se encargará, sobre todo, de todo lo referente a la comunicación, es decir, hacer funcionar la página web y las redes sociales del mismo.

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Carlos Ordinas, Carlos Penas, Patricia Chinchilla y Gabriel Carbonell.

Ni que decir tiene que fue una reunión muy cordial, en el transcurso de la cual Carbonell puso en conocimiento de sus compañeros que el Círculo de Escritores de Baleares ya estaba legalizado oficialmente, con todas las responsabilidades y privilegios, «puesto que tenemos todos los estatutos y requisitos aceptados por el Govern balear, por lo cual, los trámites a llevar a cabo ahora son una rutina. Entre otras cosas, hay que abrir una cuenta bancaria y solicitar un local», de lo cual se va a encargar el presidente, Carlos Ordinas, trámites que se pueden solventar entre diez y doce días, por lo cual, si no hay novedad, a primeros de año 2025, el Círculo de Escritores de Baleares, oficialmente, podrá echar a andar. Y lo hará, además, con local donde celebrar las reuniones, debates, conferencias, presentaciones de libros de los asociados y todo cuánto se programe, entre otras cosas solicitar poder participar en las ferias de libros con stand propio, pues Carlos Ordinas, igual que el resto de sus compañeros de junta, pretenden que sea un colectivo con mucha actividad.

Una vez que el Círculo de Escritores de Baleares esté en marcha, en una reunión que se convoque, se podrán añadir nuevos cargos a la junta directiva del mismo si se consideraran necesarios, a la vez que, con el fin de hacer frente a los gastos que se presenten, se aprobará la cuota a abonar cada mes por el socio.