¿En qué se basa dicha formación o preparación?
En tres puntos. Conocerse a si mismo. Aprender a conocer a los demás. Y saber conocer las emociones, tanto de los demás como tuyas. Y todo eso requiere un aprendizaje, un curso, que se realiza a lo largo de un año, en el que te enseñan técnicas, que se aprenden con cierta facilidad, además de llevarlas a la práctica, lo cual requiere más tiempo. Sí, porque no solo se trata de escuchar a quién te habla, sino vivir lo que te cuenta. Y es que la persona cuando llama, a veces lleva una carga emocional que le impide analizar y ver que sus problemas tienen salida, y que, además, él tiene herramientas para afrontarlos. Entonces, el orientador, el voluntario, puede que no tenga la solución al problema que el llamante plantea, pero si le puede ayudar a que deshaga ese nudo emocional que le impide llegar a la solución. Y todo eso, como digo, requiere una preparación por parte de la persona que atiende la llamada, en este caso, el voluntario.
¿Cuántas llamadas, pidiendo ayuda, recibieron en 2023?
Alrededor de 5.000, cuya tercera parte tenían factores de riesgo. Me refiero a personas que pensaban en el suicidio como salida de sus problemas.
¿Personas que llaman pidiendo ayuda porque se quieren suicidar?
A ver… En este tipo de llamada hay tres niveles. Ideación («nadie me quiere», «nadie me hace caso», «entonces, ¿qué hago yo en este mundo?»). Crisis (está convencido de que se ha de quitar de en medio). Y acto suicida (ya sabe como hacerlo: veneno, pastillas, pistola, cuerda…)
¿Y por qué motivos se quiere suicidar una persona?
Por soledad, depresión, carecer de vivienda, no tener trabajo, porque ha roto con su pareja, descalabro económico al que no sabe hacer frente…
¿El Teléfono de la Esperanza precisa de más voluntarios?
Por supuesto que los necesita, y más cuando de un tiempo a esta parte, sobre todo los jóvenes, en vez de llamar, chatean, lo cual nos obligó a poner, como experiencia piloto, el Chat de la Esperanza entre el Centro de Málaga y Madrid, al que en dos años pidieron ayuda 16.200 menores y jóvenes. Por eso, hace tres meses, el Centro de Balears, junto con otros trece centros más de la Península, inauguramos el Chat de la Esperanza sólo para atender a las peticiones de ayuda de los menores y jóvenes entre 14 a 25 años, ya que no hablan por teléfono. A dicho Chat de la Esperanza se entra a través de conéctate.social, dándote la opción de llamar a través del 971461112, o bien hacerlo a través del chat. Y eso, como digo, nos ha obligado a formar orientadores para este nuevo lenguaje.
¿Cuántos voluntarios tienen ahora en Palma?
Veinticinco, cuatro en el chat y veintiuno en el teléfono, más otros seis que se van a incorporar en este mes. Aparte, están los catorce que han empezado la formación en octubre.
¿Qué problemas suelen entrar a través del chat?
Generalmente, los de crisis emocional, autolesiones y suicidio.
¿Les animan a los del chat a pasarse al teléfono?
Si, se les propone que vayan rompiendo con su mundo digital y que entren en el de la palabra, diciéndoles que lo hagan a través del 971461112.
¿Qué edad suelen tener los voluntarios del Teléfono de la Esperanza?
Son personas adultas, entre 50 y 60 años, la mayoría mujeres. Y en cuanto a las profesiones que ejercen, pues son abogados, profesores, amas de casa... Y suelen hacer turnos, uno a la semana, de seis horas.
¿Cuántos son los cursos de formación de los voluntarios del Teléfono de la Esperanza?
Son cursos denominados de Formación Emocional. Son dos, que suelen ser en octubre y después de Semana Santa, con diez sesiones cada uno de ellos.
Una vez finalizados los cursos de formación ¿cuál es el siguiente paso
El de prácticas de coescucha, en las que el alumno atiende las llamadas, supervisado por el voluntario veterano que va viendo sus habilidades y desenvolvimiento a la hora de responder. Vine a ser un poco como el MIR de los médicos.
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