El pintor mallorquín, junto a su hijo, durante las ‘matances’ de ayer en la ‘possessió’ de Ferrutx, en la Colònia de Sant Pere.

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Como cada año, el pintor ‘felanitxer’ Miquel Barceló reunió a sus amigos en su ‘possessió’ de Ferrutx, en la Colònia de Sant Pere, para disfrutar de una jornada de ‘matances’.

Sobre las once y media de la mañana, con un día espléndido, los invitados fueron llegando a la finca del artista mallorquín, que también ha sido convertida en su estudio.

Jaume Roures, Miquel Barceló, Climent Picornell y Marina Romero.

El empresario y productor cinematográfico catalán Jaume Roures acudió puntual a convocatoria, al igual que el escritor y geógrafo Climent Picornell, al que por cierto Barceló le dedicó su último libro La vida meva, donde reflexiona sobre sus trabajos monumentales en la catedral de Mallorca, en la sede de la ONU en Ginebra o en la Biblioteca Nacional de Francia, en París.

A los fogones ayudó un ilustre de la cocina mallorquina; Santi Taura y también derrochó simpatía la periodista catalana Marina Romero. Estaba previsto que las ‘matances’ duraran todo el día, aunque a las cuatro y cuarto de la tarde comenzaba el partido de fútbol entre el Betis y el Barça, en Sevilla, así que damos por hecho que Roures y Barceló, dos culés confesos, no se perdieron el encuentro. Ni por toda la sobrasada del mundo.