Imagen de Luis, que vive en la calle junto a su compañera en la parte baja del edificio Minaco de Palma. | Click

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Se llama Luis, gallego de Villa García de Arousa y residente en Mallorca desde hace años «ya que aquí vivían mis padres». Es hijo de familia trabajadora, pero él equivocó el camino terminando en la cárcel de Palma en el 1994, en el 2001, 2010, 2015, 2016... ¿Motivos? Por robos, por la droga, por cuestiones que tuvieron que ver con los hijos… Contó también que en la actualidad convive con una mujer, exfuncionaria de Cort, «que ahora mismo, dado su estado de salud, es lo único que me preocupa, que si no…». Y más adelante nos dijo, señalando su cabeza, cubierta por la capucha del chándal, que lo pasó muy mal con la muerte de sus padres… «Llevo el pelo largo y barba por el duelo, por ellos, que me quitaré cuando se me pase, mientras tanto…. La verdad es que no tengo muchas ganas de nada, salvo de conseguir lo básico, un techo y comer…».

Desde hace semanas, con su compañera vive en la calle, en la entrada de lo que fueron galerías comerciales, ubicadas en los bajos del edificio Minaco, en lo que hemos dado en llama 'El Manhattan de Cartón', todo porque ha rodeado su habitáculo de no más de cuatro metros cuadrados de superficie, con cajas de cartón, que vistas desde lejos, y echándole mucha imaginación, tienen un cierto aire al skyline de Nueva York. «Antes teníamos todo esto limpio y ordenado -dice- pero ahora que sabemos que nos van a echar de aquí, porque nos lo han dicho… Pues está así, cada vez más desordenado porque ¿qué ganamos con tenerlo aseado, si cuando menos nos lo imaginemos nos tendremos que marchar?».

Dicho lo cual, nos manda pasar al interior de la muralla de cajas de cartón ¿Y qué vemos? Un somier con un colchón encima, una almohada, mantas, una maleta, un desbarajuste de ropa, zapatos… «Todo lo que ve aquí es lo que tengo. Así que si me dicen que nos vayamos, lo recojo todo y nos vamos a otra parte, porque ¡qué remedio ¿no?!».

-¿Cuál es el problema ahora?
-Pues que como no tengo trabajo, no tengo casa, y al no tener casa, tengo que vivir aquí, o donde pueda.

-¿Dónde y cómo se busca la vida?
-Donde puedo y como puedo. Comemos en los comedores sociales que hay, o de la comida que nos trae por la noche Cruz Roja, o los Evangelistas, o alguna que otra gente buena, o un cura que viene de vez en cuando…

-¿Y ahora les quieren echar de aquí?
-Sí. Es lo que nos han dicho.

-¿Y qué va a hacer?
-Todavía no lo sé. Y como no tengo a dónde ir, pues no sé. Lo único que me preocupa es mi mujer, que no está bien. Está malita. Pesaba 114 kilos y se ha quedado en 49 y… Porque lo que no quiero es robar.

-El otro día, el alcalde de Palma dijo, refiriéndose a los caravanistas, que en Palma la gente dormía en su casa. Usted, que si duerme en la calle es porque no le queda otro remedio, ni le dan ninguna solución ¿qué le diría al alcalde?
-Pues le diría que en vez de ayudar a la gente que no es española, nos ayudara a nosotros. Que a ellos los ayudara, sí, pero después de que lo hiciera con nosotros. Yo, que he cotizado tanto como otros, ya sea haciendo cursillos en la cárcel, ya sea fuera cuando he trabajado, no tengo nada, no percibo ni un céntimo de nada…. Por eso, que el señor alcalde, y los que mandan, que miren primero por los de aquí. Que construyan casas para quiénes no podemos hacer frente a lo que cuestan los alquileres ahora. Que desde que se construyeron Corea y Son Gotleu para los pobres no se ha construido nada… Incluso se construyó Son Banya para los gitanos, con quiénes me llevo bien. Pero lo que no es justo es que venga gente de otros países, donde no les ayudan, y que por ayudarles a ellos dejan de hacerlo a nosotros. Yo le aseguro que si el alcalde, o los que mandan, se vinieran por aquí y hablaran con nosotros, y vieran cómo vivimos, se les quitaban las ganas de ayudar a los que llegan de fuera.

-¿Y dice que no tiene ninguna ayuda de esas que dan a los que no tienen nada?
-Ninguna. Y eso que tengo derecho a tres: por ser mayor de 45 años, la Resoga y la paga vital. Pero a mí no me han dado ni un carallo.

-¿Por qué no se declaran vulnerables como hacen algunos?
-¡¿Pero qué vulnerables?! Si más vulnerable de cómo somos no podemos serlo más. Si salta a la vista. Ya ve lo que tengo: cuatro cajas de cartón, un colchón y ropa. Y todo recogido de la basura. Porque la ropa que llevo puesta -un chandal de marca-, lo he encontrado en la basura… Porque si no tengo para comer ¿cómo voy a comprarme ropa…? Sí, la ropa que llevo puesta la he encontrado en la basura -repite-. Que viendo lo que tiran algunos en ella, me refiero a ropa, muebles, colchones… Pues para algunos no hay tanta crisis como se dice, eh. Porque yo, con lo que tiran, monto una casa…

-Por lo que hemos podido ver en la calle, y escuchar a los que viven en ella, vivir sin un techo llega a afectar a la mente ¿no?
-Y no se puede imaginar de qué modo. Sí, afecta bastante. Porque yo no conozco a ninguno que viva en la calle y que esté bien del todo. Yo, porque está mi mujer mala, que si no… Y es que ¿sabe? Nadie me da trabajo, no tengo ayudas, no tengo nada… Bueno, sí -señala a su alrededor-, lo que ve. Y solo tengo 50 años.

-Tal vez sus antecedentes penales influyen en ello…
-¡Pero si ya he cotizado en la puñetera cárcel, joder! He cotizado 15 años… A ver, yo tengo montones de diplomas de cursos que me han dado allí ¿y de qué me sirven? ¡De nada!.

-¿Ha hecho cursos en la cárcel?
-¡Montonazos de ellos! De camarero, de alicatador, de pintor, de cerámica, medio de fontanería ya que no llegué a terminarlo, de florestación, de jardinería… Y todo esto no vale para nada, no me ha servido de nada

-Acabemos ¿Antes de hoy, les han intentado echar de aquí?
-Sí, han venido los de EMAYA y la Policía a decir que nos fuéramos, a quitarnos las cajas. Las hemos quitado y las hemos puesto en la acera, en la calle, porque la calle es de todos, pero una vez que se han ido, las hemos vuelto a montar aquí dentro. Ahora veremos qué pasa, porque nos han dicho que van a hacer obras en las galerías. Pero si nos echan de aquí, al no haber otra alternativa, buscaremos otro lugar.

-Tal vez os ofrezcan ir a Ca l’Ardiaca...
-Ahí sí que no iremos. Preferimos cualquier otro lugar que ese. Casi todos los que vivimos en la calle preferimos esto que vivir allí.