Imagen del estado que presentan algunas de las aceras de la barriada de Son Serra en Palma. | Click

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A lo mejor alguien, desde Cort, dirá que ya está este pesado dando la murga, pero es que… Un vecino de Son Serra se comunica con nosotros (aversillegas@gmail.com) para invitarnos a que nos demos una vuelta por el barrio, «y más concretamente por las calles Til·ler y Roure», y que nos fijemos en el estado en que se encuentran las aceras.

Le hacemos caso, y el domingo por la tarde, aprovechando el solecito que cae sobre nosotros, nos subimos al bus que desde las Avenidas nos lleva a la citada barriada palmesana. Una vez en ella, vía Google, buscamos esas calles, y … ¡Oh, qué barbaridad…! Enseguida damos con la calle del Til·ler, que tendrá 300 o 400 metros de aceras a ambos lados: en uno, con chalets adosados, y en el otro sin viviendas, pero en ambos lados, lo que si hay son árboles plantados en sus correspondientes alcorques ¿Y qué encontramos? Pues lo que jamás habíamos visto en ninguna de las calles por las que hemos caminado: que casi todos los árboles, al crecer sus raíces, han hecho que la acera de su alrededor haya saltado, convirtiéndose en un verdadero estropicio. O si lo prefieren, en una antología de estropicios que se encuentran en una acera causados por el crecimiento de las raíces de los árboles plantados en ella.

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Y no solo es que han saltado las baldosas que hay alrededor de los alcorques, es que, además, hay trozos de acera en que no hay baldosas, y otros trozos que presentan grietas con tendencia a hacerse más grandes. Y allí donde los alcorques no han saltado por el crecimiento de las raíces, lo que hay son una gran cantidad de hierbajos. Sí, en algunos parece que alrededor del árbol han crecido coles, o lechugas, todo porque por esta zona hace meses que no ha pasado el jardinero y… ¡Qué desastre de aceras!

Incidencia 572101. Plácida Sánchez, que vive en uno de los chalets adosados –el del número 65– , nos cuenta que el otro día una vecina que paseaba a su perro, sin darse cuenta, tropezó a causa del pésimo estado de la acera y no se lastimó de milagro. «Del mal estado de estas aceras –añade– ya he dado cuenta al Ayuntamiento de Palma en dos ocasiones. En la primera, no me hicieron caso, y en la segunda me mandaron un mensaje en el que me notificaban que han abierto expediente, lo cual ha quedado reflejado –nos muestra el móvil donde está la notificación– como la Incidencia 572102, con fecha de 19 de agosto de 2024, y… Pues, mientras tanto, ya ve usted como están las aceras».
Sí, lo vemos, lo decimos. En pésimo estado. Eso sí, Cort, a través del negociado correspondiente, ha tomado nota...

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Aunque, siendo lego en materia de construcción, pero viendo los desastres que hay en aceras y calles de Palma, se nos viene a la mente –como diría Coque, de La que se avecina–, que igual es que esas aceras están así porque los árboles que se plantan tienen unas raíces ramificadas, que al crecer y engordar arramblan con todo lo que tiene a su alrededor, aceras incluidas. O también podría ser que las baldosas que se colocan no quedan adheridas como debieran, y cuando la máquina de limpieza pasa sobre ellas, con el traqueteo, las despega. Mientras tanto, he ahí la cuestión: esta acera es una ruina.

¿Nos hemos de preocupar...? Ahora hay que ver el tiempo que siguen en ese estado tan deplorable, y peligroso, pues a nada que te despistes te la pegas.

Por cierto, –dicho sea sin pretender ser alarmista, sino por seguridad…– en la acera que no tiene chalets, sino campo, hay un poste metálico de luz sin ningún aislamiento, por tanto sin protección de ningún tipo para la persona que pase por su lado, o para el niño que en sus juegos intente subirse a él. Por ello preguntamos: ¿ese poste puede estar cual está, o tendría que estar rodeado de algo que protegiera a los que pasan por delante de él?