El felanitxer Biel Julià es, junto a su padre Toni, el relojero de En Figuera desde hace cuatro años. Son ellos los que marcan el compás para que sus mecanismos y engranajes, nunca mejor dicho, funcionen como un reloj. Para ello «de cara a las campanadas hacemos un engrasado general a la maquinaria, comprobamos que no tenga impurezas y que siga los ciclos de ‘soneria’ adecuadamente. También ajustamos la hora y graduamos las oscilaciones del péndulo para que marque las horas de forma totalmente exacta», explica Julià.
Según el relojero, el secreto para que En Figuera funcione de forma precisa no es un secreto como tal. «Lo más importante en este tipo de maquinarias es un buen mantenimiento durante todo el año. Por eso venimos una vez cada semana para seguir estos pasos y evitar que coja el mínimo desgaste posible».
Mecanismos
El mayor reto a la hora de que todo salga a la perfección proviene de su singular funcionamiento. «Las rodes conteres son un mecanismo en que una palanca entra dentro de varias ranuras y si, por la mala suerte, ‘salta’ alguno de los mecanismos uno de los cuartos de las campanadas se desbarataria y sonaría di-ferente. Nosotros nos preocupamos por que esto no suceda. Durante todo el año esto solo ha sucedido una vez por lo que sería muy difícil que volviese a pasar. Para que esto no suceda mi padre que empezó con 13 años y yo vendremos antes a comprobar que todo va bien».
En lo personal, Julià reconoce que «los primeros años estaba muy nervioso pero ahora es más tranquilo porque ya conozco como funciona la maquinaria. Ahora va todo rodado». Como En Figuera y como el año que termina.
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