Paralelamente, una asistente ataviada con vestimentas de época se ha encargado de interpretar los parlamentos en lenguaje de signos. Como no podía ser de otra manera como es tradicional en Palma, los portaestandarts y los carteros reales acompañaron también al séquito real durante toda la ceremonia. Todo ello bajo el atento y perplejo escrutinio de los más pequeños que no paraban de comentar con sus padres y demás acompañantes los detalles que más les llamaban la atención.
Los representantes del Rey Melchor fueron los primeros en tomar la palabra. Lucían ropajes de tonos azule turquesa y eléctrico y en su nombre proclamó en mallorquín una fábula que terminó con «nins y nines de Palma, vos estima de tot cor, qui ara signa: el rei Melcion. Rei de Siberia exterior». La plaza estalló en aplausos y vítores a la pareja que saludaba afectuosamente desde el escenario.
Acto seguido ha sido el turno del paje del Rey Gaspar, con túnica y pantaletas azules y tocado violeta a juego. El joven ha exclamado una declaración de intenciones, también en verso,: «Jo, el Rei Gaspar, Rei del Orient Mitjà, dur-vos regals a tots voldria, que us omplin de joia i alegria». El público volvió a responder con una gran ovación en una plaza que bajo un dispositivo de seguridad policial estaba flanqueada desde el fondo por cuatro efigies gigantes con forma de animal. Las bestias elegidas para la ocasión eran (de izquierda a derecha teniendo el Ajuntament a nuestras espaldas) la jirafa, el colibrí, el león y el ciervo.
Los últimos en hablar fueron los enviados del Rey Baltasar. Estos lo hicieron en dos idiomas diferentes: el castellano y uno africano que el redactor que firma esta información no ha conseguido identificar. El hombre se expresó en español mientras que su acompañante femenina le replicaba en esta segunda lengua. «Yo, el Rey Baltasar, rey del África central, quiero informar que voy a llegar por tierra y por mar». A continuación una voz en off informó a los padres que los niños que lo desearan podían subir al escenario para entregar personalmente las cartas de regalos a los pajes.
El pequeño Quim Valentí de siete años y su padre, José Hermoso, no se animaron a subir al escenario tras disfrutar por primera vez del espectáculo. Cocinero de profesión, explicó que «cada año este momento me coincidía con el trabajo y no podía venir pero hoy sí. Ha sido muy bonito. Es un acto importante para los niños y,a demás, está bien organizado. Es un plan para hacer en familia y lo importante es di vivirlo con los niños, disfrutarlo y que los Reyes traigan muchos regalos. En tiempos complicados la magia de la Navidad ayuda para disfrutar de estas fechas». Su hijo puso la guinda al reportaje de este periódico al afirmar que «parece que son de verdad… no sé. Son muy guais».
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