Cada país tiene sus propias tradiciones para honrar la llegada de sus Majestades. | G. ANDREU

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La festividad de los Reyes Magos, celebrada el 6 de enero, es una tradición que trasciende fronteras, adoptando diversas manifestaciones culturales en distintos países. Esta conmemoración, que rememora la visita de Melchor, Gaspar y Baltasar al Niño Jesús, se vive con particular fervor en naciones de Europa y América Latina.

En España, la víspera del Día de Reyes se engalana con las emblemáticas cabalgatas que recorren ciudades y pueblos. Carrozas iluminadas desfilan por las calles, mientras los Reyes Magos lanzan caramelos y pequeños obsequios a los niños que, con ilusión, esperan su llegada. Esta tradición, que data de mediados del siglo XIX, se ha consolidado como uno de los eventos más esperados de la temporada navideña.

En Italia, la celebración adquiere un matiz singular con la figura de la Befana, una anciana que, según la leyenda, visita los hogares en la noche del 5 al 6 de enero para dejar dulces a los niños que se han portado bien y carbón a quienes no han sido tan obedientes. Esta tradición, profundamente arraigada en la cultura italiana, combina elementos de antiguas festividades paganas con la conmemoración cristiana de la Epifanía.

En México, las festividades navideñas culminan con el Día de Reyes, una fecha en la que los niños reciben regalos que simbolizan los presentes ofrecidos por los Magos de Oriente al Niño Jesús. Además, es costumbre compartir la Rosca de Reyes, un pan dulce adornado con frutas cristalizadas que oculta en su interior pequeñas figuras del Niño Dios. Quien encuentra una de estas figuras se convierte en el anfitrión de una celebración posterior, conocida como la Candelaria, el 2 de febrero.

En Puerto Rico, la víspera de Reyes es una noche mágica para los niños, quienes recogen hierba y la colocan en cajas debajo de sus camas, junto con agua, para alimentar a los camellos de los Reyes Magos. A cambio, al despertar, encuentran los regalos que los Reyes han dejado para ellos. Esta tradición refleja la mezcla de influencias españolas y africanas en la cultura puertorriqueña.

En Argentina, la noche del 5 de enero, los niños dejan sus zapatos junto a la puerta, acompañados de pasto y agua para los camellos, con la esperanza de recibir regalos al día siguiente. Esta costumbre, heredada de la tradición española, se mantiene viva en muchas familias argentinas, especialmente en las provincias del interior.