ANTONIO MIURA

«Mallorca era un lugar al que nos faltaba traer los toros»

Antonio Miura, propietario de la histórica ganadería, habla de un toro especial antes de que sus bravos lleguen a Inca en abril

Antonio Miura, propietario de la histórica ganadería Miura. | M. À. Cañellas

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Americana, chaleco color burdeos, camisa celeste y corbata. Antonio Miura fuma un cigarrillo marca Pueblo mientras desgrana con voz calmada pero firme la filosofía y la esencia de la legendaria ganadería que lleva su apellido. Sus morlacos formarán parte el 13 de abril de una corrida en Inca. Hablamos con él en el restaurante Rancho Picadero invitado por la peña Asociación Taurina y Cultural Kiko Garau de Mallorca.

¿Por qué vienen los Miura a Mallorca este año?
Pues vamos a Inca. Nos hablaron para una corrida, hablamos. Dijimos lo que podíamos tener y les pareció bien. Son gente seria y formal. Mallorca era un lugar que nos faltaba. Hacía casi setenta años que no veníamos. Mi padre trajo los Miura por última vez a Mallorca en 1956 más o menos. Nos hacía ilusión y con toda la ilusión venimos para que salga bien. Lo peor es el día: un día 13. Nosotros con el 13 no nos llevamos bien. Supersticiones. A los machos cuando los numeramos pasamos del 12 al 14.

¿Qué define a los Miura?
En el toro nuestro, su morfología es distinta los demás: es un toro alto, muy largo; un toro fino que no tiene barriga, no aparenta los kilos que tiene. Comparándolo con un caballo, es como un pura sangre. Y después indudablemente tiene cabeza: piensa, se da cuenta de los errores; todo eso lo capta muy pronto y hay que procurar no darle opción y cuando te vea delante de él, que vea que tú eres el que manda. A la hora de embestir, embisten como cualquier otra ganadería. El bobalicón sale menos, pero también sale.

¿Se han planteado alguna vez hacer un toro menos comercial?
No, hombre. El toro ha ido evolucionando como las corridas. No puedes quedarte estancado en un toro de los años 20 o 30. Tienes que evolucionar, pero no puedes perder tu personalidad. Necesitamos toros que den más facilidades o que embistan más; como también el toro complicado porque mucha gente lo quiere ver; para gustos de todos, como en botica. No se puede perder ni la personalidad ni su sello. Cuando sale a la plaza la gente dice sin saber: es un miura.

¿Cómo hay que torear un Miura?
Con colocación, la muleta por delante, estudiando mucho al toro, dándole su hueco, su sitio. En una buena lidia tiene que haber los menos capotazos posibles.

No todos los toreros quieren torear un mundo.
Porque dicen que no es un toro para su forma de torear. Creo que las personas inteligentes son como un pintor: unos manejan una brocha y otros otra cosa. Cuando un toro nuestro saca guasa, pero tienen una cosa: el peligro lo muestra. Todo el tendido está viendo el peligro y la guasa. Transmitir el peligro es importante. Lo malo es cuando el torero está pasando fatiguita y el público no se da cuenta.

‘Islero’, un Miura, mató a Manolete en la plaza de Linares.
En esa corrida hubo una serie de circunstancias que coincidieron para que se lidiara. Esa corrida, mi padre la tenía vendida a Murcia. Entonces, don Pedro Balañá llamó a mi padre y le dice que la mataría Manolete, que no estaba previsto y, claro, un nombre así subía el caché. Y por eso fue en Linares. En fin, mi padre lo llevó muy mal. Nunca quieres que pase una cosa así.

Otro nombre: José Tomás.
Él no ha matado ni un novillo ni pitón nuestro. Ha sido un boom. Que yo sepa, no lo ha pedido. Nosotros escogemos las corridas. Le ponemos siete toros u ocho. Siempre en exclusiva.

El futuro de su ganadería está en manos de su sobrino.
Mi hermano, por cosas de salud, está más apartado, pero yo no. Está aprendiendo de quien está por delante. Igual que mi hermano y yo hicimos lo mismo con mi padre. Él no era muy hablador. No decía nada, solo hacía las cosas y luego decía: ¿te has fijado? Aprender tu línea, adaptarte al tiempo, tener buena relación e ir siempre con la cara alta, que no la tengas que agachar nunca por nada. Ser honrado, ir con la verdad por delante y no dártelas de listo. Con tu sello y personalidad. Lo más importante es irte a la cama con la conciencia tranquila. Los problemas que sean porque te ha embestido el toro, no porque le hayas hecho una chalada.