Los productos 'gaming' escalan puestos año tras año en las listas de regalos que los jóvenes -y no tan jóvenes- mandan a los Reyes Magos. Y pocos hay más necesarios que un buen mando, así que para facilitar el trabajo a sus Majestades (que ya en Black Friday andan echando un vistazo al mercado) hemos probado el Scuf Instinct Pro, un producto pensado para quienes quieren llevar su juego a otro nivel.
Es importante entender desde un primer momento que este no es un mando para todos, sino para aquellos 'gamers' -como decíamos- que quieren ir un paso más allá. Estamos hablando de un dispositivo que supera los 200 euros y, por lo tanto, está situado en la escala más 'premium'. Dicho esto, el dispositivo cumple con las exigencias que se pueden aplicar a ese precio y vamos a destacar algunos de sus puntos fuertes después de probarlo (en su modelo para Xbox).
Lo primero a tener en cuenta es el agarre. En este sentido, cuenta con un material antideslizante que hace que sea extremadamente cómodo para sesiones de juego prolongadas. Este 'grip' está sólo disponible en el modelo Pro y es una de sus señas de identidad. Esta experiencia se complementa con los 'sticks' para pulgares, que el jugador puede adaptar según sus preferencias -con tres alturas diferentes y dos formas, abovedada y cóncava-.
Un nivel de personalización único
El poder elegir un tipo de acabado determinado para el dedo derecho y otro para el izquierdo hace que las combinaciones sean enormes y que cada 'gamer' pueda dar con la configuración perfecta para su agarre y estilo de juego. Este kit de botones está incluido en la caja del mando, otorgando una capa de personalización casi única.
Las opciones se multiplican también gracias a las paletas traseras del Scuf Instinct Pro. En determinados juegos llegar hasta los botones superiores del mando pueden exigir mayor esfuerzo e, incluso, hacer que los jugadores pierdan un tiempo muy valioso en escenarios competitivos, como pueden ser los juegos de género 'shooter'.
Estas cuatro paletas traseras permiten reacciones más rápidas y pueden configurarse para 16 funciones diferentes, adaptables a cada uno de los juegos (de manera que el usuario crea perfiles que se pueden activar en cuanto se cambia de título). Asimismo, la función de 'disparos instantáneos' se pone en marcha como un clic del ratón para lograr impactos más rápidos.
Ligero y de fácil conexión
Otro de los puntos a destacar es su ligereza, con 280 gramos, y unas dimensiones de 168 x 108 x 53 milímetros, así como su facilidad para conectarse a la videoconsola o el ordenador. Basta con insertar el cable USB-C y el mando se empareja automáticamente para jugar con cable e inalámbricamente (mediante conexión bluetooth), con un alcance de hasta 12 metros.
El mando cuenta -además del puerto USB-C- con un puerto de extensión y un conector de auriculares estéreo de 3,5 mm. De la misma forma, incorpora un botón de silencio. Una forma sencilla de silenciar el micrófono en el juego cuando los auriculares con cable (no sirve para los inalámbricos) están conectados al mando. La luz del botón estará apagada cuando el micrófono esté encendido y se volverá ámbar cuando esté silenciado.
En definitiva, un mando pensado para los usuarios más profesionales que cuida la calidad y el diseño (con acabados y colores para todos los gustos). Un producto de nicho, que busca destacar entre los dispositivos 'premium' del mundo 'gaming'. Tanto sus especificaciones como el precio así lo marcan y cumple con lo que promete.
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