El Auditórium se convierte en la sucursal española de una empresa americana en ‘Smoking room’

El teatro y el cine, muchas veces, van de la mano. Montajes que saltan a la gran pantalla, y filmes que suben a escena. Es el caso de Smoking Room, una obra que recala en el Auditórium de Palma tras pasar por la gran pantalla en 2002.

Smoking Room transcurre en la sucursal española de una empresa americana que es obligada a poner en vigencia la prohibición de fumar dentro de sus oficinas. A partir de ese momento, quienes quieran fumar en horario laboral deberán hacerlo fuera de la oficina, en la calle.

Ramírez, uno de los empleados de esta pequeña oficina compuesta principalmente por hombres, decide empezar a juntar firmas contra lo que considera injusto y fuera de lugar. Lo que pretende Ramírez es que se utilice una sala desocupada de la oficina como sala de fumar. O Smoking Room, como dicen los americanos. En apariencia, todos están de acuerdo y le van a apoyar en su iniciativa.

Sin embargo, en el tête a tête con cada uno de los empleados, Ramírez se encuentra con una serie de excusas para evitar formar parte de esta lista. Lo cierto es que la mayoría de excusas para no firmar en la lista de la Smoking Room esconden otras. A partir de esta situación, vemos que casi todos tienen algo que ocultar.

Se trata de la versión teatral del celebrado filme homónimo que dirigieron Julio Walovits y Roger Gual y que, en 2002, se alzó con el Goya a la Mejor Dirección Novel. El largometraje contaba con un elenco de lujo, al igual que esta adaptación, que cuenta con Secun de la Rosa, Miki Esparbé, Manuel Morón, Pepe Ocio, Manolo Solo y Edu Soto al frente del reparto. Precisamente, Walovits y Roger Gual firman esta pieza que en diciembre llega al Auditórium de Palma.